.— Muchos estadounidenses dudan de
la objetividad de los sondeos de opinión divulgados en la campaña
presidencial de cara a las elecciones generales del próximo 4 de
noviembre, refleja hoy el diario The Wall Street Journal.
Según un artículo del rotativo, la pregunta ¿Podemos confiar en las
encuestas? ronda a ciudadanos, quienes ven al candidato demócrata
Barack Obama dominar con claridad las pesquisas de unos comicios
marcados por la alicaída economía doméstica y la impopular gestión del
actual gobierno.
La respuesta a tal interrogante pudiera ser afirmativa, aunque
siempre aclarando cuestiones importantes, considera el analista
político Michael Barone, quien califica de verdadero arte la
interpretación de tales estudios.
Para el reconocido periodista y comentarista conservador, la
muestra investigada y la creciente cifra de individuos renuentes a ser
sondeados son sin embargo factores a tener en cuenta.
De acuerdo con Barone, en la contienda por la Casa Blanca entre
Obama y el republicano John McCain hay un factor inusual que despierta
polémicas respecto a la confiabilidad de las encuestas, la presencia
-abunda- de un negro.
En la mente de algunos están las porfías por el puesto de
gobernador de California, en 1982, y de Virginia, en 1989, cuando las
pesquisas sobredimensionaron las posibilidades de los demócratas
afro-norteamericanos aspirantes al cargo, advierte la fuente.
Los comentarios reflejados este miércoles en The Wall Street
Journal coinciden con varias voces que en días recientes piden cautela
a la hora de analizar las intenciones de voto reportadas luego de
decenas de muestreos.
Incluso los propios aspirantes a la Casa Blanca concuerdan al
vaticinar un final cerrado en las urnas, restando importancia a las
encuestas.