BAYAMO, 9 de octubre.— Luis Alberto Ramírez es uno de los miles
de obreros del sector metalúrgico cubano que apoyan el anteproyecto
de Ley de Seguridad Social, llevado a consulta por estos días en
todos los colectivos laborales del país.
Operador de maquinado en la Empresa Mecánica de la ciudad de
Bayamo, capital de la oriental provincia de Granma, Ramírez afirmó
hoy, en la asamblea de su centro de trabajo, que está convencido de
la necesidad de modificar la actual ley.
Destacó el privilegio enorme que significa para él, un trabajador
común, participar en una decisión importante en los destinos de la
nación, incluido el derecho de proponer modificaciones para
perfeccionarla, lo cual solo es posible en una sociedad socialista
como la nuestra, dijo.
Los casi 300 compañeros de la fábrica respaldaron la propuesta y
en pleno ejercicio democrático sugirieron cambios, como calcular la
pensión sobre la base de los cinco mejores años en la vida laboral,
y un mayor beneficio en el pago cuando la edad supere el mínimo de
jubilación.
Algunos llamaron la atención sobre oficios cuyo rigor y desgaste
físico exigen un tratamiento especial en la extensión de la vida
laboral, y otros insistieron en la urgencia de crear acciones
legales que disminuyan la desocupación oportunista de personas aptas
para trabajar.
Las razones de Luis Alberto Ramírez las defiende la mayoría de
los afiliados al sindicato metalúrgico de Granma, como parte de la
masa trabajadora que, en toda Cuba, apoya una norma, otra vez en
beneficio del pueblo.
De aprobarse por la Asamblea Nacional del Poder Popular, la nueva
Ley de Seguridad Social extenderá, de forma gradual durante siete
años, la vida laboral hasta 65 años en los hombres y 60 en las
mujeres, y entraría en vigor el primero de enero de 2009. (AIN)