La Habana, 8 de octubre.— El bloqueo económico, comercial y
financiero de Estados Unidos a Cuba incluye una agresión contra el
funcionamiento del sistema educacional de la Isla, considerado
internacionalmente uno de los logros del proceso revolucionario.
El impacto negativo de la medida punitiva estadounidense golpea
especialmente a la enseñanza en escuelas vocacionales y en los
centros especiales de educación para discapacitados.
Ello se ejemplifica, en este último caso, en los obstáculos
prácticamente insalvables para que las autoridades educacionales
cubanas puedan adquirir medios de diagnóstico, didácticos y de
computación fabricados en Estados Unidos.
Esas prohibiciones se extienden a piezas de repuesto y otros
equipamientos, no solo producidos en el territorio norteamericano,
sino por sus subsidiarias radicadas en terceros países.
Un informe de Cuba, presentado ante la Organización de Naciones
Unidas, señaló que todo ello afectó en el 2007 a 16 escuelas
especiales para niños sordos, y a círculos infantiles requeridos de
equipamiento especial para el desarrollo de la percepción auditiva.
La intransigencia de Washington impidió en el último año que la
nación caribeña pudiera contar con gabinetes auditivos y
visualizadores de lenguaje para el trabajo correctivo individual,
cuya venta fue prohibida como si se tratara de armas muy letales.
Provocó también que 2 230 niños con limitaciones físico-motoras,
receptores de atención ambulatoria ofrecida por el Estado en estos
casos, no cuenten con medios de computación cuya adquisición en
Estados Unidos permitiría ahorro y rápida transportación. (PL)