Mitos

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Cincuenta años después de haber acuñado una frase que se hizo tan famosa como el filme que los unió, Tony Curtis ha querido dejar claro que aquello de "besar a Marilyn es como besar a Hitler" fue una broma, o mejor aún, una manera "estúpida de responder a una pregunta periodística ––que las hay–– más estúpida todavía".

Curtis y Marilyn en Algunos prefieren quemarse, un clásico de la comedia próximo a cumplir los cincuenta años.

Curtis cumplió los 82 años de edad, uno más de los que tuviera la Monroe si la vida no le hubiera tendido tantas trampas, y la película en cuestión es Algunos prefieren quemarse, ese clásico dirigido por Billy Wilder en 1959, en el que tan buen desempeño tuvieron ambos.

Muerta a los 36 años, el esplendor erótico de Marilyn sigue siendo motivo de culto, tanto por lo resaltante en su tiempo ––el famoso almanaque mostrándola desnuda, sus filmes, sus poses¼ ––, como por recientes hallazgos, que incluyen sesiones de fotos inéditas con muy poca ropa y sensualidad a raudales, hasta fragmentos de "películas caseras" que permiten apreciarla sin artificio alguno.

Un revivir constante de su imagen que hace declarar a no pocos nacidos después de la muerte de la estrella ––famosos del espectáculo incluidos–– que la siguen considerando el ideal de sus sueños carnales.

Sex symbol por excelencia de los años cincuenta a partir de su atrayente figura y de películas como El gran Houdini y Su alteza el ladrón, Tony Curtis trata de mantener vivo el mito cinematográfico, aunque ahora desde su posición artística de pintor que vive del pincel. Una larga adicción a las drogas y las numerosas cirugías estéticas a las que recurrió para tratar de alargar la juventud y seguir rompiendo corazones en la pantalla, lo hacen irreconocible en su silla de ruedas.

Sabe el héroe de Trapecio que el estar vivo ––al contrario de su compañera de reparto–– le cierra en buena medida las puertas de los símbolos cinematográficos perdurables en el tiempo, gracias más al atractivo físico que al talento (no olvidar que lo mejor y más profesional en el cine logró concretarlo cuando no era precisamente "un lindo" de la pantalla).

Pero Tony se mantiene en la pelea de "lo vigente" y recuerda en entrevistas recientes, a meses de que se cumplan los cincuenta de Algunos prefieren quemarse, que fue amante de Marilyn y que por su cama pasaron más de mil amantes y que si ha logrado llegar hasta aquí se debe "a la saliva de las mujeres hermosas".

Marilyn en cambio, sin abrir la boca, todo lo vende.

 

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