El escritor portugués José Saramago
terminó por rendirse al influjo de internet, un medio del cual
abjuró una vez cuando afirmó que ninguna lágrima podría empañar una
página virtual, como ocurría con la letra impresa en el papel.
Mucho menos dejar su huella en la tinta de una carta cargada de
emoción, añadió.
A mediados de septiembre último, según anunció la fundación que
lleva su nombre, Saramago abrió un espacio personal en lo que llamó
la página infinita de Internet, para establecer una comunicación
directa y permanente con sus lectores.
El espacio le servirá para comentar los acontecimientos del
mundo, pensar, reflexionar, opinar en voz alta, precisó la entidad
que se enorgullece de contar con un blog que introduce en el
ciberespacio a un escritor maduro, Nobel de Literatura por demás.
Para bautizarlo, el autor de El evangelio según Jesucristo y
Memorial del convento eligió un texto caro a sus afectos, un
artículo dedicado a Lisboa, una misiva de amor reencontrada entre
viejos papeles, que conserva el aroma cálido del sentimiento que la
inspiró.
Confieso que al releerla me emocioné, aseguró el escritor, y por
eso quise compartirla con mis amigos. El blog lo cobija la fundación
y lleva el mismo santo y seña que identifica a esta:
www.josesaramago.org.
A los 85 años, el escritor sigue conservando su vitalidad
intelectual y el aliento creativo que lo caracteriza. Recientemente
terminó una nueva novela, El viaje del elefante, que circulará en
portugués y en español.