En estas mismas páginas apuntábamos el pasado 26 de agosto que
aun cuando nos quedamos muy por debajo en preseas doradas, las 24
medallas conseguidas era una cifra que solo alcanzaron otras 11
naciones. Este dato indica que la elite sigue siendo muy pequeña, y
Cuba está dentro de ella.
Valoremos entonces hoy otro indicador que expresa todavía con más
nitidez el desarrollo deportivo en competencias de nivel.
En los Juegos, solo 18 naciones de las 204 participantes,
exactamente el 8,8% logró situar medallistas en ocho o más deportes.
Una de ellas fue Cuba, justamente con ocho disciplinas en los
podios, al igual que Brasil, por demás las únicas geografías del Sur
que pudieron incluirse en tan selecta lista.
Es decir, 10 de los pabellones que aventajaron a la mayor de las
Antillas tuvieron menos disciplinas con presencia en los podios,
incluso, algunos con solo tres y hasta un solo deporte, puntearon en
el medallero.
Por ejemplo, Jamaica —con un inédito y destacado lugar 13 en la
tabla final de lauros—; Kenya, en el 15, y Etiopía, en el 18, muy
por delante del escaño 28 de Cuba, lograron esas posiciones con el
único aporte del atletismo. La vecina caribeña, ganadora de 11
metales, seis de ellos áureos, lo hizo todo en la velocidad y solo
un hombre, el portento físico que responde al nombre de Usain Bolt,
alcanzó tres de esos triunfos.
Lo de la tropa keniana fue similar, pero con premios en medio
fondo y fondo, o sea, desde 800 hasta el maratón, mientras Etiopía
tuvo en sus fondistas la llave de ese puesto 18 al brillar en 5 000
y 10 000 en uno y otros sexos, y la maratón. En tanto, Georgia y la
República Checa, también por delante de la comitiva cubana,
satisficieron sus ubicaciones con tres y cuatro disciplinas,
respectivamente.
Esto no demerita en nada el esfuerzo de esos pabellones y mucho
menos de sus deportistas, pero no hay duda de que no siempre se
pueden ver los números o las medallas fríamente. Cuba, por ejemplo,
con sus 24 preseas tuvo sus pilares en el boxeo (8), judo (6) y
atletismo (5), sin embargo, logró que otros cinco deportes fueran al
medallero, lo que muestra una mayor diversidad.
Hasta la superpotencia mundial, Estados Unidos, tiene sus cuentas
apoyadas básicamente en dos puntales. Veamos. Obtuvo 36 de oro, de
las cuales 12 salieron de la natación y siete del atletismo,
prácticamente el 53%. Agreguémosle que de esas 19, solo un hombre,
Michael Phelps, un ser casi sobrenatural o "emparentado con un
delfín", se despachó ocho, más del 20% de los premios de oro de su
delegación. La comitiva estadounidense alcanzó un total de 110
medallas y 54 de ellas, casi exactamente la mitad, se entregaron en
el estadio y la piscina.
China, con una cosecha lograda con la asistencia a las
premiaciones de 25 de los 28 deportes del programa de competencias y
con trofeos de campeón o campeona en 17, dio una muestra fehaciente
de un extraordinario desarrollo deportivo.
De vuelta a la actuación cubana, claro está que cuesta trabajo
mirar la baja cifra de preseas doradas, solo dos. Ninguna, ni la más
pesimista de las predicciones arrojaba algo similar. De las
organizaciones que cuentan con equipos de trabajo para hacer
aproximaciones, la más discreta fue la Associated Press, que
pronosticó siete coronas, nueve de plata y siete de bronce para un
acumulado de 23. Recordemos que Sport Illustrated predijo 11
doradas, cinco de segundo lugar y 12 de tercero, total 28.
Nótese que ambas ubican al país entre 23 y 28 medallas y que las
dos estuvieron muy cerca de esa suma tras los resultados de los
Juegos.
Cuba, país pequeño, al que se le roban impunemente a sus
deportistas, bloqueado, en un mundo en que hacer deportes se ha
convertido en un verdadero lujo, sigue siendo una potencia
deportiva, es cierto. Pero nos quedan muchas potencialidades por
explotar, mucha inteligencia y conciencia que poner en juego, acorde
con nuestras posibilidades y con la ventaja de que tenemos una obra
que no solo permite, sino que se basa en la participación de todos,
seamos consecuentes con ella y continuaremos en la vanguardia y de
seguro con las acostumbradas preseas de oro.