No lejos de la cantera de donde sale la materia prima, a unos 300
metros, en una recién estrenada fábrica de áridos, conocida por Los
500, cerca del poblado de Guaos, los mecánicos y electricistas
ajustan su maquinaria en fase de puesta en marcha.
Esta es una planta de tecnología china, dotada de molinos,
zarandas y alimentador, con capacidad de diseño para procesar unos
80 metros cúbicos por hora, explicó Guillermo Fabregat Senra,
administrador del centro, perteneciente a la Empresa de Materiales
de la Construcción número 10 (EMC-10).
De hecho este se convierte en el mayor molino de piedra activo de
la provincia, cuyas producciones simultáneas están diversificadas en
polvo de piedra, gravilla, granito y piedra hormigón, todas
imprescindibles para el proceso constructivo. La mayoría de esos
renglones había que traerlos desde otras provincias, con el
consiguiente gravamen en costo por transportación y dilación en el
tiempo.
Precisa Fabregat que cuentan con canteras de material pétreo
compuesto por caliza azul de muy buena calidad y según las
investigaciones existen reservas que deben rebasar las cuatro
décadas de explotación.
El centro cuenta con una plantilla de 40 trabajadores, y aunque
no completa, los que están en la planta poseen experiencia de
instalaciones con similares características. En especial llama la
atención la estabilidad de la fuerza en este tipo de labor, que amén
de ser rigurosa, le tienen mucho apego, lo cual se demuestra en la
fase de montaje.
Como en toda puesta en marcha aparecen algunas irregularidades
lógicas de ajustes tecnológicos, pero las dificultades de mayor peso
han estado en el diseño.
Para tener una idea más clara de lo que representa esta fábrica,
debe señalarse que diariamente la provincia disponía de apenas unos
400 metros cúbicos de esos áridos. Con Los 500, en un turno de diez
horas, se entregarán, cuando esté a plena capacidad, unos 800 metros
cúbicos. Volumen que se incrementará una vez que la planta tenga dos
turnos de trabajo diarios.
Griselda Valle se desempeña como técnica de equipos de transporte
y de molino, especialidad para la que se ha preparado, no solo de
manera teórica, sino por la experiencia práctica a pie de obra.
Este es un desempeño con mucha responsabilidad —aclara la joven—
pues se trata de llevar el control del régimen de trabajo y el gasto
de combustible de todo el equipamiento. Estar al tanto, además, del
mantenimiento en tiempo y forma, pues todo ello alarga la vida útil
de los equipos, que por demás son complejos y muy costosos. Por eso,
precisa, he tenido que aprender y dominar fórmulas físicas y
químicas y también ecuaciones matemáticas.
La planta debe funcionar, según Fabregat Senra, con tres camiones
especializados del tipo Belaz, un buldózer frontal, dos cargadores
Volvo y equipos ligeros. También señaló que se estudia la
posibilidad de controlar el funcionamiento de los molinos mediante
un sistema computarizado.