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El gobierno boliviano denunció hoy nuevas maniobras de la oposición
para impedir el referendo revocatorio previsto el próximo domingo,
entre ellas la toma de las instalaciones de las cortes
departamentales electorales.
El portavoz presidencial, Iván Canelas, dijo a Prensa Latina que
esos planes se basan en acciones de grupos violentos amparados por
autoridades regionales adversas al proceso de cambio que impulsa el
presidente Evo Morales.
La derecha desesperada espera que al frenar la consulta del 10 de
agosto pueda perpetuarse en el poder, una estrategia destinada al
fracaso, remarcó.
Canelas también criticó la postura de dirigentes de la Central
Obrera Boliviana (COB), que promueven movilizaciones en demanda de
una nueva ley de pensiones, que está en debate en el Congreso.
Como parte de todo un plan para desestabilizar al país y
boicotear el sondeo, aseveró, se suman las huelgas de hambre que
desarrollan dirigentes cívicos en los departamentos de Santa Cruz,
Pando, Beni y Tarija, la llamada Media Luna.
También la oposición manipula a personas con discapacidad que
exigen un fondo para su atención, un proyecto de ley propuesto por
el ejecutivo y que los partidos tradicionales traban en el Senado,
agregó.
La víspera, el ejecutivo denunció ataques con disparos en el
norteño departamento de Beni a los vehículos del ministro de la
Presidencia, Juan Ramón Quintana.
De acuerdo con esa autoridad, los participantes en el atentado
son personas que se ven afectadas por un escenario político adverso,
expresión de un sector que respalda al prefecto Ernesto Suárez,
quien será revocado en las urnas, aseveró.