.— Soldados del ejército de
Mauritania que asestaron hoy un golpe de estado al presidente, Sidi
Ould Cheikh Abdallahi, anunciaron la formación de una junta de
gobierno en medio de un ambiente político tenso y confuso.
Un comunicado leído en la televisión estatal y varias emisoras
radiales de esta capital señaló que la junta de facto estará
encabezada por el jefe de la guardia presidencial, general Mohamed
Ould Abdel Aziz, sin aportar más detalles.
Sin embargo, aunque en las calles prevalece la calma, poco
después de la asonada golpista quedaron fuera del aire la mayoría de
los canales de televisión.
Un grupo de uniformados inconformes mantiene bajo arresto
domiciliario desde el amanecer de este miércoles al mandatario
Abdallahi y al primer ministro, Yahya Ould Ahmed Waqef, luego de
pequeñas escaramuzas en las que se escucharon varios disparos.
Agentes de seguridad del Batallón de Seguridad Presidencial (BASEP,
por sus siglas en francés) vinieron a nuestra casa y se llevaron a
mi padre , relató Amal Mint Cheikh Abdallahi, hija del gobernante.
El vocero oficial Abdoulaye Mamadouba confirmó que el mandatario
está detenido en el palacio presidencial de Nouakchott, mientras los
medios noticiosos con posibilidades de trasmisión aseguran que hay
un vasto despliegue militar a través de la ciudad.
La acción militar se produjo después de que Abdallahi despidió el
martes a oficiales de alto rango del ejército, apuntaron otras
fuentes, que no obstante, omitieron referencias hasta el momento a
actos de violencia significativos en esta ex colonia francesa.
Mauritania, que figura con frecuencia en medios noticiosos por el
éxodo de sus nacionales en embarcaciones frágiles hacia Europa, ha
sido escenario de disturbios callejeros desatados por el alza de los
precios de los alimentos.
Sin embargo, la crisis del ejecutivo empeoró en días recientes
después de que el gobierno perdió el voto de confianza en el
parlamento.
Legisladores mauritanos habían acusado al jefe de estado de
corrupción y pobre gestión de gobierno, lo cual llevó a que 69 de
los 95 parlamentarios del país exigieran su renuncia.
El gobierno civil de Abdallahi sucedió a un consejo castrense que
había ocupado el poder desde agosto de 2005 y fue obligado a
abandonar la presidencia después de las elecciones de 2007.
Canales televisivos de la región reportaron que muchos mauritanos
expresaron respaldo a los golpistas e incluso calificaron de régimen
autoritario a la administración depuesta, mientras otros aseveraron
que el presidente había marginalizado a la mayoría parlamentaria .