El arte oculto en toda ciencia se hace obra en las manos de un
joven pintor de la provincia de Pinar del Río, ocupado en ilustrar
las investigaciones del jardín Soroa, el mayor orquideario de Cuba.
En José Lázaro Bocourt el mundo de la plástica del territorio
tiene un caso peculiar al unir al caballete el monitoreo en los
campos, especialmente en bosques de la Sierra del Rosario, reserva
de la biosfera cercana al vergel.
Sus dibujos y pinturas van generalmente junto a textos
descriptivos, resultado de la observación de las plantas en su medio
natural, y del análisis de documentos y en laboratorios, sobre todo,
al trabajar con miniaturas.
El volumen Las orquídeas de la Ciénaga de Zapata es uno de sus
más recientes aportes en materia de dibujos científicos, sin
embargo, a 1991 se remontan sus primeras contribuciones a libros de
botánica publicados en el país, México e Italia, fundamentalmente
Si bien la plástica le atrae de modo especial, el artista, tras
la ruta de la reina de las flores en distintas zonas de Cuba, es
descubridor de las especies encyclia bocourtii y encyclia
cajalbanensi, endémicas de la provincia, tierra del 33 por ciento de
las orquídeas nacionales.
Con obras en colecciones desde Norteamérica y América Latina
hasta Europa, Bocourt valoró ante la AIN al entorno de la Sierra del
Rosario como un misterio que invita a la pintura, manifiesta en el
quehacer de Jorge Duporté, Lester Campa y Jesús Gastel, entre otros
artistas.
as orquídeas suman en Cuba unas 330 especies, muchas presentes en
el jardín Soroa, fundado en el siglo anterior, y son consideradas
como la familia de plantas florecidas más numerosa del mundo.