Ante la proximidad de los traslados masivos de aves hacia el sur
del continente, Cuba incrementa la vigilancia de la avifauna
migratoria proveniente de Norteamérica, como medida protectora
contra la gripe aviar o del pollo.
Desde 1986 Cuba activó un sistema de vigilancia y protección
contra la gripe aviar, el cual se actualiza constantemente, dijo a
la AIN David Salotén, director en la provincia de Camagüey del
Instituto de Medicina Veterinaria (IMV).
En el control de las migraciones, el IMV realiza vigilancia con
animales empleados como centinelas a los cuales, frecuentemente se
les realizan análisis para conocer de una posible circulación viral.
Otros cuidados se efectúan en puertos y aeropuertos, donde el
país opera con las regulaciones internacionales para la importación
de animales vivos o de sus productos, agregó el funcionario.
En septiembre se inicia el viaje desde Alaska y Canadá, que
alcanza el pico en octubre, y los animales realizan escalas en
humedales de la isla para continuar su traslado por las demás
Antillas hasta Suramérica, en busca de alimentos abundantes.
Las migraciones que tocan suelo cubano están compuestas
fundamentalmente por especies, de las cuales 85 son residentes
invernales, 75 transitorias regulares y siete ocasionales.
Uno de esos traslados masivos baja por la costa atlántica de
Estados Unidos y transita por el norte de Cuba.
El otro, conocido como del Mississippi, lo hace por Centroamérica
y el sur de la mayor de las Antillas, se le considera el de mayor
peligro, pues nace en zonas de presencia de la infestación.