Los niños de la oriental provincia cubana de Granma que padecen
enfermedades crónicas de baja prevalencia, disfrutan del verano
gracias a la atención diferenciada ofrecida por los trabajadores
sociales.
Infantes con xeroderma pigmentoso -intolerancia a la luz solar-,
o quienes portan un implante cloquear, que los provee de un
dispositivo artificial para la audición, participan de un amplio
plan vacacional, dijo a la AIN Ariel Fonseca, jefe del programa de
trabajadores sociales en la provincia.
Señaló que los pequeños, entre los cuales hay sordo-ciegos y
sordo-mudos, radican en los campamentos de pioneros y desde allí
parten hacia parques infantiles, áreas de baño, zonas de relevancia
histórica u otras opciones destinadas a la recreación popular en el
territorio.
En la ciudad de Bayamo, destacó, los niños gozan con especial
entusiasmo de una moderna ludoteca, el acuario, la Casa del
Estudiante y las cremerías infantiles, siempre bajo la rigurosa
observación de médicos y trabajadores sociales.
Apuntó que los recorridos incluyen visitas a los lugares de mayor
significación histórica de Granma, vinculados, sobre todo, con las
gestas independentistas de la Isla, como La Demajagua, en el
municipio de Manzanillo, y Las Coloradas, en Niquero.
Fonseca agregó que otros niños, con problemas psicosociales o de
aprendizaje, también reciben asistencia personal, destinada a
integrarlos, de manera activa, a las actividades de verano,
fundamentalmente en sus propias comunidades.
En Cuba, la prevención y seguridad social se perfeccionan, debido
a la intervención de miles de trabajadores sociales formados en los
últimos años, quienes protagonizan, además, importantes programas
estratégicos para el país, relacionados con la protección de la
economía nacional.