La nueva Constitución aprobada en
la Asamblea Constituyente se erige hoy como el más fuerte
instrumento para amplificar el proceso de cambio en Ecuador.
Se trata de la herramienta que destierra el modelo neoliberal del
país y despeja el camino hacia la profundización de la denominada
revolución ciudadana. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa,
reconoció la importancia de la Asamblea, la cual tuvo la misión de
redactar la flamante Carta Magna para avanzar hacia ese cambio
radical y rápido de las estructuras vigentes en paz, en democracia y
constitucionalmente.
Para Correa, la legislación constituye una oportunidad única para
de manera pacífica transformar radicalmente la institucionalidad en
este país, "porque lo que hizo la Constitución del 98 fue
institucionalizar el neoliberalismo".
El camino está marcado, pues esta Carta Política garantiza el
control exclusivo del Estado de la energía, las telecomunicaciones,
las vías de comunicación, los recursos naturales no renovables, la
biodiversidad, el espectro electromagnético y espacio
radioeléctrico, entre otros.
Se incluyen también otros que por su trascendencia y magnitud
tengan decisoria influencia económica, social, política o ambiental
y sea necesario orientarlos hacia el interés social.
A diferencia de la anterior Ley, ésta otorga todo un capítulo al
tema laboral, en el cual se prohíbe el trabajo por hora y toda forma
de explotación laboral, así como establece la jubilación universal
para todos las personas de la tercera edad.
Entre otros avances, con respecto a la añeja legislación, el
texto sancionado anoche santifica los avances en materia social, con
educación laica y salud gratuitas.
Con 444 artículos y poco más de 20 disposiciones transitorias, la
ley nacional garantiza igualmente el derecho de los ecuatorianos al
agua e impide la privatización de este preciado líquido.
Otra novedad es el reconocimiento del derecho de la naturaleza,
la Pachamama (Madre Tierra, en quechua) y la incorporación de las
lenguas ancestrales quechua y Shuar como idiomas oficiales de
relación intercultural.
La Carta Política desestima el modelo neoliberal y define que el
régimen de desarrollo se basará en una economía social y solidario,
regulada por ley e incluirá a los sectores cooperativistas,
asociativos y comunitarios.
De esta manera se busca una distribución equitativa de los
beneficios generados en los procesos de producción y promover un
consumo social responsable, sin afectar el entorno.
El capítulo de Principios Fundamentales señala asimismo que
Ecuador es un territorio de paz, no se permitirá el establecimiento
de bases militares extranjeras ni de instalaciones foráneas
propósitos militares y se aboga por impulsar la integración
latinoamericana.
Otros articulados determinan la despolitización de los organismos
de control y la reestructuración de la Corte Suprema de Justicia y
Tribunal Electoral.
Para el jefe de Estado, la nueva legislación, que deberá ser
ratificada por la ciudadanía en un referéndum, previsto para el 28
de septiembre próximo, es sólo un eslabón en la cadena de cambios.
Hace falta además una transformación de la mentalidad de las
personas; "un cambio cultural", pero ese es el desafío del
desarrollo y eso no se puede hacer a través de decreto, señaló
Correa en días pasados.
Se requiere también de una acción colectiva para lograr la
justicia social requerida; superar los simplismos de la competencia,
del egoísmo convertido en la máxima virtud individual y social, y
promover la acción conjunta y la planificación, concluyó.