El candidato demócrata a la presidencia
estadounidense, Barack Obama, dejó muchas interrogantes sobre su
postura con respecto a temas espinosos de las relaciones
trasatlánticas con su discurso en Alemania, refieren hoy analistas.
Según el diario The New York Times, Obama impresionó a miles de
personas concentradas en las cercanías de Columna de la Victoria en
Berlín, pero los políticos y gobernantes de la región son más
escépticos sobre sus palabras de cambio.
El rotativo señala que el aspirante anduvo por las ramas, y
centró su alocución en los lazos históricos e ideales compartidos
entre europeos y norteamericanos sin ahondar en problemas de fondos
como las actuales relaciones comerciales.
Fue vago en temas cruciales de la economía, la defensa y la
política exterior que separan a Washington de Europa en la
actualidad, como las discrepancias con Rusia, Turquía, Irán y
Afganistán, así como la estrategia energética y la venta de pollos,
acota.
Sin embargo, el Times reconoce que en el Viejo Continente admiran
las habilidades políticas del senador, quien promete tener más en
cuenta a las naciones del área en asuntos que el actual mandatario,
George W. Bush, prefirió atender de forma unilateral.
Para muchos, Obama representa un cambio con respecto a un Bush
que ignoró las Convenciones de Ginebra con su trato a los
prisioneros en la base naval de Guantánamo, rechazó el Protocolo de
Kyoto contra el calentamiento global e invadió Iraq sin un consenso
internacional.
Él se refirió a personas y valores europeos de forma general, en
contraste con la actual administración, que buscó reclutar a países
como Gran Bretaña y Polonia para apoyar sus posturas en el seno del
continente, comenta el periódico.
egún Eberhard Sandschneider, del Consejo Alemán de Relaciones
Exteriores, Obama usó el simbolismo de Berlín para prometer una mano
tendida a Europa, pero dejó claro que los europeos necesitan hacer
más en retribución, sobre todo en Iraq y Afganistán.