Tammy o el nuevo filin

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

Texto: YORDANKA ALMAGUERTammy López Moreno, o simplemente Tammy pertenece a la nueva oleada de músicos que se instala con voz propia y aires renovadores en el panorama de la canción cubana.

Un concierto, el pasado junio en Casa de las Américas, fue su carta de presentación. Con un repertorio a base de temas en gran mayoría compuestos por ella, anticipó su huella en un territorio donde la canción gana en libertades expresivas, a partir de múltiples fuentes, pero con un hilo conductor que la conecta a antecedentes trovadorescos de mucha valía.

Si bien todavía esta cantautora está en la etapa de digerir influencias, temas como Desierto, Cambios y Deseos de mujer la colocan, con singular y prometedora presencia, en el campo de lo que quizás sea una nueva forma de enfocar el filin.

El carácter de esta aproximación al despunte de Tammy no permite ahondar en este concepto —la musicología cubana que atiende los procesos de la música popular contemporánea tiene ahí mucha tela por donde cortar—, pero sí al menos situar como referencia el trabajo que vienen desarrollando Roberto Julio Carcassés —no es casual que hasta el momento haya sido guía de la joven artista—, Yusa, Haydée Milanés, Francis del Río y Descemer Bueno, gente que, por demás, ha estado al tanto de la incipiente carrera de Tammy.

En esta se da otra condición: su vocación por el violín, instrumento en el que está a punto de finalizar estudios en el Instituto Superior de Arte, bajo la égida del maestro Augusto Diago, y con el que ha participado en varios proyectos discográficos como Goza pepillo, de Interactivo, Gran Premio Cubadisco; Breathe, de Yusa; Bossa cubana, de Sexto Sentido; y Tengo nada, de Warapo.

Al hablar de influencias, el espectro de Tammy se aclara: "Me nutren las canciones de Pablo, Silvio, Sabina, pero al mismo tiempo disfruto mucho los boleros y los sones tradicionales".

Aunque todavía es muy pronto exigirle una definición de su obra, la cantautora señala: "No solo me interesa poner música a mis vivencias sino a las de mi generación. Suena un poco ambicioso pero es lo que siento. Me gustan las líneas melódicas que permitan jugar con las armonías y sorprendan agradablemente a quienes las escuchan. Eso sí, soy autocrítica con lo que hago; una cosa es la inspiración y otra muy distinta trabajarla hasta que te parezca aceptable el resultado final. Por eso no me apura el disco. Cuando me decida a grabar, y encuentre un sello que le interese mi trabajo, será porque lo tenga todo listo".

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir