Las tropas iraquíes impusieron un
toque de queda por tiempo indefinido en la ciudad de Faluya, en la
occidental provincia de Al Anbar, informaron hoy fuentes de la
policía.
Esa ciudad, ubicada a unos 50 kilómetros al oeste de Bagdad, ha
sido blanco de sistemáticas operaciones de fuerzas de Estados Unidos
y del ejército nacional, que causaron altas cifras de muertos y
heridos en la población civil.
Lo anterior fue reconocido por líderes religiosos del lugar y
difundido por medios de prensa.
Según las autoridades militares, el toque de queda permanente y
por el tiempo que consideren las autoridades locales y el ejército
norteamericano se implantó ante el deterioro de la seguridad en la
ciudad.
Esta decisión se tomó un día después de que cuatro policías
perecieran y otras ocho personas recibieron heridas por las
explosiones de dos bombas en Faluya.
Pese a las imposiciones de medidas especiales y campañas
contrainsurgentes, la inseguridad persiste en diversas partes del
territorio iraquí como es el caso de esta capital, donde el
lanzamiento de una granada este lunes causó tres muertos, uno de
ellos guardia urbano, y otros 10 heridos.
Según la agencia de noticias Nina, que cita fuentes policiales,
el hecho ocurrió en el centro de Bagdad.
En plena mañana, una persona lanzó una granada contra un grupo de
guardias urbanos en la zona de Alawi, y luego se dio a la fuga.
No se conocen resultados ni otros detalles sobre la persecución
que sucedió al ataque.