El presidente estadounidense,
George W. Bush, admitió hoy el empeoramiento de la inestabilidad en
Afganistán al reconocer el aumento de muertes de soldados
norteamericanos en ese territorio.
Bush comentó, sin embargo, que las bajas del Pentágono y sus
aliados en esa nación centroasiática responden a una campaña más
osada de las tropas ocupantes contra los grupos insurgentes.
Junio ha sido el mes más difícil para los estadounidenses en
Afganistán, pero el mandatario opinó que también lo fue para los
rebeldes, según su respuesta a reporteros concentrados en la Casa
Blanca.
Al menos 27 militares norteamericanos murieron el mes pasado en
ese país islámico, el más letal para los ocupantes desde la invasión
liderada por Estados Unidos en octubre de 2001, según fuentes
castrenses.
El presidente, quien ofreció una rueda de prensa sobre la próxima
Cumbre de las naciones más industrializadas, reiteró que para 2009
aumentarán el número de soldados enviados a ese país.
Al referirse a la actual crisis energética mundial, manifestó que
en Estados Unidos deberán aliviar la escasez de combustible con una
mayor extracción nacional de gas natural y petróleo.
Podemos hacerlo de forma responsable y sin contaminar el medio
ambiente, acotó Bush, quien defiende la perforación de pozos en la
plataforma continental norteamericana, frente a la oposición
demócrata.
Agregó que el tema energético y de la falta de alimentos serán
puntos esenciales de su agenda durante la reunión de los ocho países
más industrializados en Japón.