La Casa Blanca debe cambiar su
estrategia antidroga y buscar un balance entre impedir la entrada a
Estados Unidos de estupefacientes y programas para disminuir el
consumo interno, demandó hoy el diario The New York Times.
Según el gobierno de George W. Bush, el país está ganando la
lucha contra ese flagelo, pero los números desmienten esa
afirmación, destaca un editorial del periódico.
En ese sentido cita cifras del Departamento de Salud, según los
cuales, aproximadamente un 2,5 por ciento de los norteamericanos
consumió cocaína al menos una vez en 2006, el mismo porcentaje
registrado en 2002.
El entusiasmo de las autoridades descansa en una lectura muy
selectiva de los datos, pero otra mirada de los mismos sugiere que a
pesar de los miles de millones de dólares gastados en la lucha
contra ese problema, el comercio de la cocaína apenas se resintió,
agrega.
Al respecto, indica que el pasado año fueron enviadas a Estados
Unidos y Europa desde Latinoamérica mil 421 toneladas métricas de
esa sustancia, un 39 por ciento más que el año precedente.
Todo esto hace pensar en los problemas serios de la actual
estrategia, enfocada en romper el suministro de drogas pero que
abandona la lucha contra la demanda interna, subraya la publicación.
Para el rotativo, es necesario emplear más dinero en programas
educativos, de prevención y de tratamientos médicos a drogadictos.
Asimismo, aboga por gastar más recursos en ayuda económica a
países productores de estupefacientes con el fin de mejorar la
calidad de vida de sus ciudadanos.
El próximo presidente de Estados Unidos debe hacer más esfuerzos
en combatir la demanda interna, porque hasta que no disminuya, no
hay posibilidades de ganar esta guerra, asegura.
Para The New York Times, el abuso de drogas debe verse más como
una preocupación de salud pública a un problema de la ejecución de
la ley.