Se mueve La cuchilla

Pasó por televisión el último Costa Gavras y Daniel Chavarría presentará el clásico de Westlake en La noche de los libros

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT
rolando.pb@granma.cip.cu

Sorpresiva, sin un remarque de que estaríamos frente al último Costa Gavras ––ese clásico viviente–– pasó este sábado por televisión La cuchilla, basada en la novela de otro grande, Donald E. Westlake, el prolífero autor norteamericano tantas veces llevado a las pantallas, entre otros por Godard en Made in USA y por John Boorman en una de esas películas que siguen peleando al paso del tiempo, A quemarropa (con Lee Marvin, claro).

Chavarría presentará La cuchilla en La noche de los libros.

Entero y más anticonformista que nunca al llegar a los 75, Costa Gavras sigue puntualizando en sus filmes los asuntos que más lo inquietan. Así lo hizo con Z (1969), aquella denuncia a la Grecia de los coroneles con la que dejara inaugurada en buena medida la vía del thriller político, luego seguida con Estado de sitio, Desaparecido, Amén y varias más.

Costa Gavras tomó la novela negra de Westlake (un autor con casi 100 títulos) para elaborar una cínica mirada al mundo del desempleo que hoy, y cada vez más, se viene tragando a medio mundo neoliberal. La ferocidad del individualismo como arma indispensable para asegurarse un lugar entre los sobrevivientes. De ahí que el protagonista, amantísimo padre de familia dejado cesante, decida solucionar su problema asesinando a cuanto contrincante laboral pueda surgirle en el camino.

Filme que se mueve entre la seriedad y el humor negro, el diario Le Monde calificó La cuchilla de "desciframiento nervioso de un horror económico que empuja a los hombres a convertirse en predadores de sus semejantes". Encomió el rotativo la novela escrita por Westlake en 1997 y dijo que Costa Gavras había logrado "un cuento negro y amoral que está entre el thriller, el gran guiñol y la metáfora política". Y puntualizó acerca de esta versión francesa de La cuchilla: "El verdadero tema del filme es el dilema que empuja a un hombre a actuar como un monstruo para librarse de la culpa de ver la decadencia de los suyos en la jungla social".

Al hablar de la precariedad de la vida contemporánea, Costa Gavras había señalado en relación con su película que "la indiferencia es el principio de la muerte. Veo alrededor de mí gente que, con la experiencia, se vuelve un poco cínica: son los que dicen que las cosas, de todos modos, nunca cambian. Yo me resisto. Y trato de fomentar esa rebeldía".

Donald E. Westlake ha sido guionista de varias películas y series de la televisión, la mayoría relacionadas con el policiaco. También ha incursionado con éxito en la ciencia ficción, pero su carrera literaria corre sobre dos rieles fundamentales y en apariencia contradictorios: la visión humorística de los hechos más escabrosos y otro enfoque, serio y descarnado, de ahí que de él se hable como de "dos escritores en uno mismo".

Para saber más de este autor será una fiesta apreciar cómo otro maestro del género, nuestro Daniel Chavarría, mueve La cuchilla al presentarla este viernes día 4, a partir de las cinco de la tarde, en la sala Fresa y Chocolate, de 23 y 12, frente al ICAIC, en lo que ya suena como una rotunda noche de los libros.

 

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