El fomento de más de seis mil metros cuadrados de plantas
medicinales en la provincia de Ciego de Ávila en lo que va de año
confirma el empeño de Cuba por extender la aplicación de esa
milenaria terapéutica.
La cifra supera en unos mil metros cuadrados lo fijado para el
primer semestre del año, informaron a la AIN dirigentes de la
Agricultura.
En cada municipio existe como mínimo una hectárea con esos fines
en tierras estatales, donde crecen el añil cimarrón, orégano,
pasiflora, sábila, caisimón, romerillo, mejorana, tilo, caña santa y
otros.
Las cooperativas de campesinos también siembran hierbas y
arbustos con propiedades curativas, práctica extendida además a
decenas de miles de patios hogareños de la provincia.
El sistema de la agricultura urbana es el encargado de
suministrar esas plantas a las farmacias y a puntos de venta a la
población, además de miel de abeja y propóleos.
Ello no representa -como algunos piensan- una alternativa para
suplir medicamentos químicos, sino una disciplina científica de
probada eficacia a nivel mundial y generalizada de una generación a
otra.
Ciego de Ávila dispone de una finca especializada en la
producción de sábila, de la que cada año exporta unas 10 mil
toneladas a Europa, pues el gel transparente de sus hojas carnosas
se usa como tópico para tratar heridas, infecciones en la piel y
quemaduras.
La sábila combate el estreñimiento, úlceras estomacales,
artritis, hepatitis, cálculos renales, parásitos, asma, colesterol,
herpes genital en el hombre, psoriasis, cáncer de pulmón,
estomatitis aftosa, caída del cabello y otros padecimientos, además
de su empleo en cosméticos.