MAYARÍ
ARRIBA.— Convencidos de que el ejemplo de Vilma Espín florece como
paradigma de mujer comprometida con su tiempo y con su pueblo, los
campesinos del Segundo Frente le rindieron tributo ante la tumba
donde reposan sus restos en el mausoleo erigido a los combatientes
de ese destacamento guerrillero.
Los miembros del Buró Político Misael Enamorado y el general de
cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, jefe del Ejército
Oriental, junto a Yolanda Ferrer Gómez, secretaria general de la
Federación de Mujeres Cubanas, presidieron la velada solemne con
motivo del primer aniversario de la desaparición física de la
heroína de la República de Cuba.
Hasta la falda de la montaña de Mícara llegaron trabajadores con
sus hijos; combatientes y estudiantes; obreros y federadas;
cederistas y pioneros; compañeros que tuvieron la gloria de conocer
el legado de su genio y de su audacia en las legendarias montañas de
la Sierra Cristal.
Entre flores, décimas, música y los poemas "En la Flor y en la
Fragua", "Presencia" y "Vilma Vive", se realizó el homenaje.
También se le recordó como la luchadora incansable por la
justicia y la solidaridad humana, dirigente, madre, amiga, como la
joven clandestina con un lugar reservado en la historia de la nación
cubana.
Frente a su tumba, y los nichos del resto de los héroes y
mártires del Segundo Frente Oriental Frank País García, fueron
colocadas rosas en reconocimiento a su entereza y al legado de
dignidad que emana de su ejemplo.
Mucha sobriedad, pero también mucha cubanía al ratificar uno de
sus más preclaros pensamientos durante la velada. El eterno volar de
las mariposas: "el socialismo para la mujer cubana significa
independencia, soberanía, dignidad, justicia social, seguridad para
la formación y desarrollo de los hijos, derecho a la igualdad, a
decidir su propio destino, a trabajar por el porvenir soñado y a
defenderlo con todas sus fuerzas".