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El presidente boliviano, Evo Morales, denunció hoy el incremento de
la guerra económica que desarrollan varios prefectos opositores en
contra de su gobierno para obstruir el actual proceso de cambios.
El mandatario se refirió a la propaganda mediática desplegada
para desacreditar los progresos logrados por la actual
administración y destacar algunas deficiencias que perduran, como la
inflación.
"Cuando empecé como presidente no pensé que la guerra económica
fuera tan sucia. Me preparaba para la lucha política-ideológica,
pero no para algo así", dijo en una reunión sostenida en el Palacio
Quemado con la prensa extranjera acreditada en esta nación.
Morales recordó las agresiones enfrentadas desde el comienzo de
su gestión, como la campaña orquestada sobre la supuesta intención
del Ejecutivo de disponer del dinero depositado por las personas en
los bancos.
De igual forma, el gobernante explicó que mediante la
especulación y las demandas de algunos sectores se busca
obstaculizar las medidas impulsadas por el Estado.
La autoridad aseguró que más allá de su apariencia económica,
esas acciones impulsadas por la oposición tienen un carácter
marcadamente político.
"Con esas actitudes dejan sin pan al pueblo. Están castigando al
pueblo y no a Evo Morales", declaró acerca de las trabas impuestas
para la producción de alimentos.
También destacó cómo la dependencia de tantos años en la
importación de víveres generó una influencia muy nociva en la
capacidad productiva interna, como el trigo.