.— Evaluaciones clínicas a ex 
			prisioneros de cárceles en Iraq, Afganistán y la base naval de 
			Guantánamo revelaron secuelas dejadas por torturas que recibieron de 
			manos de militares estadounidenses, reportó hoy la entidad Médicos 
			por los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés).
			Según el informe de la organización no gubernamental, el chequeo 
			de esos individuos demostró las golpizas, maltratos sexuales, 
			descargas eléctricas, privaciones de sueño y otros abusos 
			infligidos.
			Estamos ante nuevas evidencias de los crímenes de guerra 
			cometidos por la administración del presidente George W. Bush, 
			aseguró el general retirado del Ejército Antonio Tabuga, al escribir 
			el prefacio del documento elaborado por PHR.
			Los especialistas examinaron a 11 personas otrora detenidas en 
			Abu Ghraib y en la instalación castrense ubicada en Guantánamo, área 
			ocupada por Estados Unidos contra la voluntad de las autoridades y 
			pueblo cubanos.
			Hallamos irrefutables pruebas físicas y psicológicas de torturas, 
			las cuales causaron daños duraderos en algunas de las víctimas, 
			afirmó el médico Allan Keller, uno de los participantes en los 
			análisis.
			En el reporte, los galenos citaron el caso de un hombre 
			identificado como Yasser, quien aún muestra en sus dedos cicatrices 
			provocadas por corrientazos.
			También reflejaron los desórdenes nerviosos padecidos por Rahman, 
			luego de las humillaciones sexuales sufridas durante su 
			confinamiento.
			Esos individuos fueron liberados sin la presentación de cargos, 
			lo que constituyó una muestra más de las injusticias cometidas 
			contra ellos, concluyó PHR, grupo humanitario con sede en 
			Massachusetts.
			La divulgación de la pesquisa, llamada Leyes Violadas, Vida 
			Rotas, coincidió con las labores del Comité de Servicios Armados del 
			Senado, el cual investiga los métodos violentos de interrogatorio 
			practicados por Estados Unidos.