El presidente George W. Bush presiona al 
			Congreso estadounidense con el propósito de extender sus poderes 
			para vigilar a los ciudadanos, señala hoy el diario The New York 
			Times.
			Según un editorial del rotativo, el mandatario y sus aliados 
			buscan una ley que les garantice el espionaje doméstico, al margen 
			de la solicitud de autorizaciones legales para ello.
			Bush presentó el proyecto como un paso indispensable para 
			proteger a los norteamericanos de la supuesta amenaza terrorista, y 
			llamó a los opositores de la iniciativa frágiles liberales incapaces 
			de entender el peligro existente, apunta la fuente.
			De acuerdo con el Times, las exigencias del gobernante pudieran 
			surtir efecto esta semana, con el anuncio -precisa- de un compromiso 
			al respecto entre la Casa Blanca y los líderes republicanos y 
			demócratas del Capitolio.
			Aunque no se han divulgado detalles sobre la legislación en vías 
			de negociación, todo parece indicar que será una herramienta 
			innecesaria y peligrosa para los derechos humanos, asegura el 
			influyente periódico.
			Para el medio neoyorquino, el objetivo perseguido por la 
			administración Bush es anular el poder de las cortes para cuestionar 
			la legalidad de los programas de espionaje interno, además de 
			brindar inmunidad a las compañías telecomunicadoras que respaldaron 
			dicha práctica.
			En 1978 entró en vigor el Acta de Vigilancia de Inteligencia 
			Extranjera (FISA), la cual estableció la solicitud de órdenes 
			judiciales como requisito para vigilar a las personas e interceptar 
			comunicaciones.
			Sin embargo, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 
			Bush creó mecanismos para burlar lo dictado por FISA, subterfugios 
			que desataron varios escándalos en la opinión pública de este país, 
			recuerda el Times.
			El último de esos recursos, la Ley para Proteger a Estados 
			Unidos, está a poco más de un mes de expirar, lo que explica la 
			premura del gobernante, comenta.