El mundo corre hoy riesgos 
			crecientes de epidemias, accidentes industriales, desastres 
			naturales y otras emergencias de salud que pueden convertirse en 
			amenazas para la seguridad global.
			La aparición de nuevas enfermedades y su rápida propagación 
			preocupa en extremo a las autoridades sanitarias, quienes señalan la 
			necesidad de fortalecer los sistemas de salud y mantener una 
			vigilancia continua para controlar riesgos y consecuencias de la 
			propagación internacional de enfermedades.
			Desde 1967 se han identificado al menos 39 agentes patógenos 
			nuevos, entre ellos el VIH y los causantes de la fiebre hemorrágica 
			del Ebola, Marburgo y el Síndrome Respiratorio Agudo (SARS), destaca 
			el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
			Asimismo refleja el curso tomado por la gripe aviaria, de la cual 
			se registraron grandes brotes en aves de corral y más de 300 
			defunciones en humanos desde que se reportó en Hong Kong en 1997.
			Otras afecciones existentes desde hace siglos, como gripes 
			pandémicas, paludismo y tuberculosis, continúan amedrentando la 
			salud de millones de personas, agravado por la mutación de los 
			gérmenes, la creciente resistencia a los fármacos antimicrobianos y 
			frágiles sistemas de salud.