Concebida como un movimiento no solo centrado en la producción,
sino también en la sustentabilidad ecológica, económica y social, la
agricultura urbana se fortalece en momentos en que los precios de
los alimentos y los insumos se disparan en el mercado internacional.
En la última década se cosecharon más de 15 millones de toneladas
de alimentos en zonas urbanas y periurbanas sin el uso de productos
químicos, fundamentalmente vegetales, condimentos frescos, frutales
y arroz.
Al intervenir en el VII Encuentro Internacional de Agricultura
Orgánica, Adolfo Rodríguez Nodals, jefe del Grupo Nacional de
Agricultura Urbana, dijo que ese movimiento agroecológico es capaz
de generar 8 500 000 toneladas métricas de abonos orgánicos, que
constituyen la base del mantenimiento de la fertilidad de los
suelos, además de los sustratos de humus para nutrir los canteros de
los organopónicos y huertos intensivos.
Por medio de esta práctica agrícola se eliminaron más de 5 000
focos de contaminación generados por basureros no autorizados y
solares abandonados en más de 200 ciudades y poblados importantes
del país, al convertirse en huertos intensivos y organopónicos.
Las producciones de la agricultura urbana garantizan en lo
fundamental el abastecimiento del consumo de vegetales en círculos
infantiles, hogares maternos y de ancianos, casas de abuelos,
seminternados de la enseñanza primaria, hospitales, entre otros,
mediante vinculación directa de las unidades de base y dichos
centros.
Más de 300 000 productores están incorporados a este movimiento y
el pasado año se cosecharon 104 290 toneladas de arroz en pequeñas
parcelas urbanas, además de producir carne porcina, ovino-caprina,
huevos y leche de cabra.