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Más de 800 científicos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por
sus siglas en inglés) se quejaron de presiones e interferencia del
gobierno de Estados Unidos para sesgar los resultados de las
investigaciones, reveló hoy una encuesta.
Un estudio de la organización Union of Concerned Scientists precisa
que más la mitad de los mil 600 expertos consultados de la EPA
denunciaron las acciones de sus superiores.
Desde su llegada a la Casa Blanca, en 2001, el presidente George W.
Bush ha sido blanco de numerosas críticas por su política contra la
naturaleza.
Este mes grupos ambientalistas presentaron una demanda para obligar
al Ejecutivo a determinar si las emisiones de gases de efecto
invernadero ponen en riesgo la salud pública.
La querella es interpuesta un año después de que al Corte Suprema
de Justicia estimó que la EPA tiene, en virtud de la Ley de Aire
Limpio, la autoridad de regular las emisiones.
Ese órgano de justicia afirmó que la agencia violó la legislación
al negarse en forma indebida a regular las normas de emisiones de
nuevos vehículos.
Sin embargo, aún el gobierno no ha aplicado medidas con respecto al
fallo, a pesar de un reciente informe de una fuerza de trabajo de la
EPA sobre el riesgo para las personas de las emisiones de esos gases.
El pasado mes, una corte impugnó una norma impuesta por la Casa
Blanca que permitía a las empresas eléctricas superar los límites de
emisiones de mercurio.
El Tribunal Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia explicó
en su sentencia que la práctica permitida por Bush es nociva para la
salud pública y el medio ambiente.
Recientemente California demandó a la EPA por rechazar una ley más
severa aplicada por ese estado para enfrentar el cambio climático.