El VII Congreso de la UNEAC

Reafirmación de los valores del socialismo

MIGUEL BARNET (º)

Muchos, variados, y de vital importancia serán los temas que del 1ro. al 4 de abril abordaremos los 414 delegados al VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, pero todos convergerán en el aporte de nuevas energías a la organización, revitalizándola y rescatando sus funciones esenciales y su objeto social que no ha sido otro que el de promover la cultura cubana frente al burocratismo, el inmovilismo, el gremialismo, la demagogia y el oportunismo.

Está en nuestras manos convertir a la UNEAC en espejo cóncavo de la riqueza cultural y artística de nuestro país, de la función creativa de sus miembros mediante un diálogo permanente a través de conferencias, talleres y seminarios donde se haga evidente el espíritu crítico y de debate de nuestra intelectualidad y nuestros artistas. No podemos quedarnos rezagados de la discusión abierta que hoy tiene lugar en toda la Isla. Cada uno de los miembros de nuestra organización debe ser una personalidad actuante en el diario quehacer de la cultura o en su lugar alguien cuya obra haya trascendido en el tiempo y sea un ícono de ella.

Rigor y más rigor debemos exigirnos todos, compromiso y más compromiso con el destino de Cuba y de la Revolución, pero un compromiso combativo que aporte nuevas esencias.

Bajo esos principios emprendimos en abril del 2007 las tareas derivadas del proceso previo al evento, cuando se hizo público el Llamamiento al VII Congreso y quedó constituida la Comisión Organizadora, presidida por el destacado y respetado actor Sergio Corrieri, de cuya pérdida no nos recuperamos y al que siempre rendiremos el más entrañable tributo.

En aquel documento se reconocía, sin triunfalismo, cómo "gracias a la voluntad de la dirección del país y al trabajo de escritores, artistas y promotores, se ha ido restaurando el tejido cultural de la nación", pero también de manera autocrítica nos planteábamos la necesidad "más urgente que nunca, de luchar contra todas las expresiones de colonialismo cultural presentes entre nosotros y contra la persistencia de fenómenos sociales ajenos a nuestros valores y contrarios al proyecto socialista", y nos proponíamos "convertir la auténtica cultura en parte esencial de la vida cotidiana del pueblo".

Para corresponder a esas exigencias, estamos en la obligación de afianzar el papel de la UNEAC como organización realmente representativa de la vanguardia intelectual de la nación y situar a cada una de nuestras instancias de creación, investigación y debate en las coordenadas de los más acuciantes problemas de nuestra contemporaneidad.

Más allá de las sesiones del Congreso, la UNEAC tendrá que proyectarse bajo una dinámica muy viva. Tenemos que lograr que las comisiones de trabajo que han venido funcionando se constituyan en espacios permanentes para el análisis, la reflexión y la propuesta de soluciones. Ciertamente nos toca ser la contrapartida de muchas instituciones pero nuestros puntos de vista deben ser sólidos y con fundamentos convincentes. La crítica por la crítica no es útil, no es de revolucionarios, solo la crítica objetiva nos llevará a la veracidad y a la solución de los problemas.

No somos un sindicato ni un organismo ejecutivo del Estado, pero nuestro deber es aportar al sindicato y a los organismos del Estado nuestros puntos de vista y nuestras inquietudes para sus posibles soluciones.

Tenemos confianza en nuestra Revolución y eso nos define. Por ello no albergamos duda alguna de que el VII Congreso será una reafirmación de los valores del socialismo.

(º) Declaraciones a Granma del poeta, narrador y etnólogo, Presidente de la Comisión Organizadora del VII Congreso de la UNEAC.

 

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