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			Cartas a la dirección 
          La correspondencia continúa en los últimos días con llamadas 
          telefónicas, cartas y mensajes electrónicos de muchos lectores en 
          torno a temas económicos. En esta edición publicamos otras tres 
          opiniones, con las que, insistimos, se puede estar o no de acuerdo. Que se resuelva primero el salario Quizás interpreté mal lo que decía usted, en su 
          artículo "Sería imperdonable que hipotecáramos el futuro". Yo entendí 
          que en general usted decía que si no producimos, no podemos esperar 
          mejoras económicas en el país. Y que ese aumento de la producción, 
          depende más bien de la actitud del pueblo hacia el trabajo, que de 
          medidas que pueda tomar nuestro gobierno¼
           Es cierto que existe este círculo vicioso: El 
          bajo-salario conduce a que alguna gente no se sienta estimulada a 
          trabajar; y como no trabajan no producen; y esto conduce a que no 
          puedan tener buenos salarios (bis). Pero me asusta que se generalice 
          la opinión de que el rompimiento de tal ciclo, deba ocurrir dada una 
          toma de conciencia que artículos como el que usted escribió, 
          generalizarían entre nuestra población. Me asusta porque suena a 
          voluntarismo y a acomodamiento. Mi modesta opinión es que en efecto, 
          el círculo no se puede romper aumentando los salarios pues eso solo 
          crearía inflación. El círculo vicioso obviamente lo debemos romper 
          produciendo más, pero ¿estimulados por qué? Porque el salario se 
          corresponda con lo que cada cual produce. No se estaría distorsionando 
          el socialismo sino que por el contrario, se estaría cumpliendo con uno 
          de sus principales postulados.  Por tanto creo que sí, que debe ser nuestro 
          gobierno el que dé los pasos pertinentes para que el salario se 
          corresponda con el aporte del individuo como paso básico para aumentar 
          la producción, los salarios y el nivel de vida material y espiritual 
          de nuestro pueblo. M. Ángel Lo principal es explotar la tierra He leído con detenimiento los artículos publicados 
          en Granma relacionados con la problemática económica de nuestro 
          país¼  Estudié en la URSS, y terminé mis estudios en el 
          69, pude ver los esfuerzos en la construcción del socialismo en el 
          grupo de países que la conformaban. Después tuve la suerte de ir 
          prácticamente cada dos o tres años por motivos de trabajo, y vi cómo 
          la sociedad se iba deteriorando y perdiendo los valores que había 
          conquistado, se notaba la corrupción en todas partes... bueno, no es 
          eso lo que quiero analizar. Yo pienso que en Cuba no podrá materializarse un 
          cambio sustancial en la economía ni resolverse el diferendo entre las 
          dos monedas¼ si no se explota la verdadera 
          riqueza que tenemos que es nuestra tierra, que es la agricultura, 
          hasta que no se resuelva eso, que haya viandas, legumbres, frijoles, 
          arroz, carne de todo tipo, leche y sus derivados, etc., que se 
          resuelva literalmente el problema de la alimentación en Cuba a precios 
          razonables, pero razonables de verdad, porque hoy le llaman precios 
          asequibles a una libra de carne de puerco a 25 o 20 pesos cubanos o 
          que una libra de tomate cueste 4 o 5 pesos, esos no son precios 
          razonables, ni asequibles. Pues bien, a mi juicio hay que cambiar la política 
          en ese sentido, liberar los precios, estimular a los productores, no 
          fiscalizar tanto, no tenerles miedo a los intermediarios —comerciales 
          que faciliten la transportación del producto— etc. Esta abundancia de 
          alimentos, de alcanzarse, provocaría la disminución de los precios y 
          liberaría al país de invertir dinero en la compra de alimentos y 
          podría utilizarlo en la compra de ropa, equipos electrodomésticos, 
          construcción de viviendas, recursos para el mantenimiento de las 
          casas, etc., etc., etc. China, por ejemplo, tiene casi la misma densidad de 
          población que Cuba, o sea la misma cantidad de habitantes por 
          kilómetro cuadrado, y sin embargo solo tiene el 12% de tierras 
          potencialmente cultivables y Cuba tiene el 35%. ¿Dónde está la 
          lógica?: en China los mercados agropecuarios y de otro tipo están 
          abarrotados, en los campos no se ve la hierba por ninguna parte, en 
          Cuba los mercados deprimidos con una limitada cartera de productos, 
          hay hierba y marabú por todas partes, sin dudas es un problema de 
          aplicación de la política en este sentido. El otro día tuve la suerte de participar en un 
          evento sobre el Medio Ambiente auspiciado por la Academia de Ciencias 
          de Cuba, donde un funcionario de ese Ministerio planteó, entre otras 
          cosas, que nuestra tierra no era fértil, que había perdido la 
          fertilidad y él veía con tristeza cómo se compraban productos en el 
          extranjero pudiéndose cultivar aquí, vaya qué criterio: que nuestra 
          tierra no es fértil. Que haya que utilizar fertilizantes no quiere 
          decir que no es fértil, todo depende del grado de intensidad de 
          explotación de la tierra, pues en todo el mundo se utilizan los 
          fertilizantes, incluidos los países a los cuales Cuba compra esos 
          productos. El desarrollo industrial es otro caso del cual se 
          puede o se debe hablar en otra ocasión, ya no se habla en serio sobre 
          el aumento de la productividad del trabajo, se utiliza como consigna o 
          como palabra tranquilizadora para algunos, pero de lo que se trata es 
          de hacer más con menos, o si no cómo vamos a cumplir la máxima 
          socialista, o su ley fundamental, que es que el socialismo se 
          construye para satisfacer las crecientes necesidades de los 
          trabajadores, pero como dijo Marx, a través del crecimiento incesante 
          y continuo de la productividad del trabajo, eso es su esencia.  A. del Rey  Resultados productivos Al igual que usted, he escuchado a muchas personas 
          con iguales consideraciones. Me parece que no es tanto la eliminación 
          de la doble moneda, como elevar el poder adquisitivo de los salarios, 
          a donde debemos ir, pues, suponiendo que se pudieran convertir los 
          precios actuales en CUC por su equivalente en CUP ya se eliminaría la 
          doble moneda, pero es el mismo perro con diferente collar. Claro, los 
          precios serían astronómicos y psicológicamente aplastantes¼
           Lo fundamental en mi opinión es, y estimo que ha 
          sido la intención de nuestro Estado, buscar una paridad más real y 
          ajustada de nuestro CUC con el USD para posteriormente unificar la 
          moneda, tal y como ocurre en cualquier país del mundo, con su 
          convertibilidad en dólares y demás monedas extranjeras. Ahora, para ello sería necesario hacer lo que usted 
          plantea, producir más, sustituir importaciones, poner más mercancías 
          para fortalecer el peso cubano, llámese CUP o CUC. Esto es, también, 
          ganar más salarios a partir de mejores resultados económicos y que el 
          primero tenga un sustento real que impida el efecto económico negativo 
          que produce pagar salarios indebidos, como devaluación de moneda, 
          inflación, deses-tímulo al trabajo, etc. Tan desestimulante es pagar 
          bajos salarios, como pagar altos sueldos sin trabajar. A diversas personas los he escuchado expresar que 
          hace falta subir los salarios a priori, porque los actuales no 
          son suficientes, como condición para elevar las producciones y 
          convierten el tema en el dilema de qué es primero, el huevo o la 
          gallina.  Desde mi punto de vista está claro, económicamente 
          solo se justifica una mejoría del salario a partir de un resultado 
          productivo sostenido y palpable a escala de cada fábrica o 
          establecimiento de servicios. De lo contrario, en un futuro estaríamos 
          hablando o juzgando a los que cayeron en la trampa y se hablará de que 
          en estos tiempos cometimos tales y mas cuales errores, como hacen hoy, 
          en plena práctica forense, muchos hipercríticos cuando alegan 
          indiscriminadamente que los problemas actuales de escaseces en nuestro 
          país se deben a que no aprovechamos la "tubería soviética" que, aunque 
          ha sido reconocido por nuestros dirigentes que despilfarramos 
          bastante, no considero la causa fundamental, pues ningún país puede 
          vivir sin comercio.  Desde esta óptica me pregunto, incrementar los 
          salarios sin respaldo económico, no es otra tubería? Recuerdo que en la época de la "tubería soviética", 
          existían otros valores y conceptos respecto al trabajo, aunque no 
          dejaba de haber problemas, pero se trabajaba más. Claro, también 
          existían otras condiciones materiales y todo esto está relacionado, 
          pero hace falta rescatar esos valores hoy para dar el salto necesario. Los efectos de los errores económicos se 
          manifiestan a mediano o largo plazos, y para enmendarlos no son 
          suficientes días o meses, sino años, ya que se deforman conductas, 
          mentalidades, estilos de vida, enfoques, etc. Es imprescindible tener claro que el pago del 
          salario que hace falta para tener una calidad de vida superior tiene 
          que ser a partir de la producción eficiente, y no al revés. El hombre 
          evolucionó como resultado de su esfuerzo para subsistir: si no cazaba 
          no comía. Aunque en la época primitiva no existía el dinero, la 
          expresión vale para ilustrar el orden en que las actividades deben 
          ocurrir: el trabajo y la subsistencia, para que sea posible la vida 
          del hombre. Recordemos la vieja frase "el que no trabaja no come", 
          primero hay que trabajar para después comer o vestir. Para terminar, considero que sobre estos temas se 
          debe publicar más y propiciar debates. Sugiero que la prensa sea más 
          activa en este sentido y llegue a las fábricas, empresas, vaya a la 
          calle, donde están esos que no quieren trabajar. No sé si será 
          prudente establecer otra Ley contra la vagancia, pero sí hay que 
          apelar a la vergüenza de las personas y que sientan la presión social 
          para eliminar las conductas que impiden el avance necesario y que solo 
          nosotros podremos lograr, porque nadie vendrá de afuera a hacerlo, 
          además de que no lo queremos. T. Consuegra  
				
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