| Semáforo cubano espera luz verde 
			Ronald Suárez Rivas 
			 Admite varios tipos de programación según el día de la semana, la 
			hora y la intensidad del tráfico: funciona con éxito desde hace 
			cuatro años y pide luz verde para extenderse por el país. 
			 El 
			control semafórico ajustable funciona desde hace años en ocho 
			intersecciones del país. Se trata de un control semafórico ajustable a las especificidades 
			del tránsito en la ciudad donde se instale, concebido en la Empresa 
			de Componentes Electrónicos Ernesto Che Guevara, de Pinar del Río, a 
			un costo de producción muy inferior al de los equipos que hoy se 
			importan. Dagoberto la O Vizcay, especialista de diseño electrónico de ese 
			centro, y principal animador del proyecto, comenta que en el país 
			existen dispositivos de diversas tecnologías (norteamericana, 
			soviética, mexicana, china), a los que se hace difícil mantener 
			trabajando. 
			
			 Dagoberto 
			muestra uno de los diseños de luminarias intermitentes con energía 
			solar. A petición de la Empresa de Servicios Especializados de 
			Ingeniería del Tránsito de la Capital, concibieron primero una 
			tarjeta de procesamiento central (cpu), luego una de luces, una de 
			fuente, otra de interconexión, y también diseñaron y construyeron el 
			chasis donde estas se colocan. "Teníamos un semáforo por partes y 
			decidimos hacer uno completo". Resultados iniciales Los primeros equipos se ubicaron hace cuatro años en dos 
			intersecciones de la calle José Martí, en la ciudad de Pinar del 
			Río, y desde entonces están funcionando.  
			
			 La 
			programación es la parte inteligente del semáforo, la más costosa, y 
			esa la garantiza la Empresa de Componentes Electrónicos Ernesto Che 
			Guevara. El modelo inicial solo admitía una programación de manera 
			repetitiva. Sin embargo, una segunda versión supera esa limitante. 
			Dotado de un reloj de última generación, el nuevo control permite 
			hasta 10 planes por día. O sea, que el tiempo de duración de las 
			luces puede variarse en dependencia de la hora y el tráfico 
			vehicular.  Además, posibilita la manipulación de 16 luces independientes y 
			la conexión de luminarias peatonales. "Con respecto al anterior, 
			posee notables ventajas", afirma Dagoberto. Cinco de esos aparatos operan hace alrededor de dos años en 
			Ciudad de La Habana y uno en Vueltabajo. Según el especialista, su fabricación a gran escala le reportaría 
			al país un cuantioso ahorro de divisas y la sustitución de 
			importaciones. "El costo de producción es de unos 300 dólares, 
			mientras que otros modelos adquiridos en el exterior son entre cinco 
			y 30 veces más caros".  Pero sus ventajas no se limitan al plano económico: Nosotros 
			garantizamos la programación de acuerdo con las características del 
			tránsito en cada territorio. Es como hacer un sistema a la medida, 
			mientras que los importados deben adaptarse, agrega. Nuevas versiones No obstante, el segundo modelo tampoco sería definitivo. 
			Constantemente estamos mejorando el diseño —explica Dagoberto—. No 
			queremos que se quede aquí. Una tercera versión se impone. Sobre esta, adelanta que incluiría un display, un teclado y otro 
			microprocesador, los cuales permitirán la reprogramación del control 
			semafórico in situ.  Con el mismo principio de este equipo, también han logrado varios 
			modelos de luminarias intermitentes que emplean la energía solar. El 
			módulo posee un panel fotovoltaico y baterías que aseguran su 
			funcionamiento aunque no reciba los rayos del sol durante tres días 
			seguidos. Están concebidas para usarse dentro de la ciudad, en torres, 
			aeropuertos, puntos de control, y también en lugares donde sea 
			difícil acceder con la red eléctrica como las autopistas. Del laboratorio a la 
			industria Llevar a la industria lo que ha sido hasta el momento una 
			producción de laboratorio, es el reto que enfrentan por estos días 
			los trabajadores de Componentes Electrónicos, y otras entidades 
			vinculadas al proyecto. Hasta ahora los habíamos fabricado a manera de prototipo, con lo 
			que encontráramos, en el pequeño local del Departamento de Energía 
			Alternativa de la empresa; pero hoy tenemos un pedido de 100 
			unidades, precisa Dagoberto.  Y añade: Ello implica transferir la tecnología a la línea 
			productiva. Se están haciendo los trámites para garantizar la 
			materia prima y el resto del andamiaje a fin de poder ejecutarlos. De concretarse esta acción, luego de varios años de trabajo en 
			ocho intersecciones del país, el semáforo cubano habría recibido la 
			luz verde que la práctica, al parecer, ya le otorgó.  |