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          — Cinco ex Secretarios de Estado norteamericanos recomendaron al 
          próximo gobierno de Estados Unidos cerrar la prisión de Guantánamo e 
          iniciar un diálogo con Irán, reportó hoy el diario Atlanta Journal 
          Constitution.
          Los antiguos jefes diplomáticos se reunieron en la ciudad de Athens, 
          estado de Georgia, donde ofrecieron una conferencia sobre estrategias 
          políticas que la prensa interpretó como consejos para la venidera 
          administración federal.
          La cita fue patrocinada por la Universidad de Georgia y reunió a 
          personalidades como Colin Powell, Henry Kissinger, James Baker, Warren 
          Christopher y Madeleine Albright.
          Tal elenco de autoridades en política exterior coincidió en que 
          Washington debería clausurar la cárcel militar estadounidense en el 
          oriente de Cuba para intentar mejorar la imagen global de Estados 
          Unidos.
          Tras los atentados terroristas de 2001 contra Nueva York y 
          Washington, la Casa Blanca activó el centro de detención dentro de la 
          base naval en la Bahía de Guantánamo, instalada contra la voluntad del 
          gobierno y pueblo de Cuba.
          Kissinger resumió el criterio general sobre la penitenciaría 
          caribeña al decir que representa una mancha para este país y hay que 
          convenir un acuerdo en pos de disolverla.
          Los ex Secretarios de Estado también instaron al futuro gobierno a 
          abrir una línea de diálogo con Teherán, porque -recordaron- es 
          importante mantener contactos igualmente con adversarios y aliados.
          El gobierno estadounidense está tratando de reducir cautelosamente 
          la población carcelaria de la prisión de Guantánamo para aplacar 
          críticas internacionales, reseñó recientemente el The Washington Post.
          Un reporte del diario capitalino explica que la administración del 
          presidente George W. Bush recortó casi a la mitad el inventario de 
          prisioneros en la mazmorra, que en 2003 llegó a encerrar a unos 600 
          convictos.
          Para enfrentar una presión multinacional que demanda el cierre de 
          la penitenciaría, el gobierno de Bush ha identificado docenas de 
          detenidos que podrían ser liberados este año o transferidos a otros 
          países.