Museo Nacional del Deporte

¿Cuandó volverá a la vida?

ALFONSO NACIANCENO y Raúl López (fotos)
alfonso.gng@granma.cip.cu

La prolongada espera no ha conseguido segarle a Martha Pérez Viñales y sus compañeros la esperanza de ver restaurado el Museo Nacional del Deporte.

Martha Pérez Viñales, la directora.

Esta mujer, de mirada apacible y diálogo animoso, se abre de cuerpo y alma para revelar el amor que siente por su trabajo, a pesar de que la instalación cerró hace diez años.

"Cada mañana vengo de mi casa con la certeza de que se puede revertir el deplorable estado del centro. Aquí aprendí cuánto valor tiene la historia del deporte recogida en los libros, y muchas de esas hazañas estaban expresadas en las 2 123 piezas que se exhibían en las 109 vitrinas y otros espacios de que disponíamos."

Martha, licenciada en cultura física desde 1991 (año de los XI Juegos Panamericanos de La Habana cuando el Museo quedó inaugurado por Juan Antonio Samaranch, titular del COI, y Mario Vázquez Raña, presidente de la ODEPA), fue profesora en áreas deportivas y en la Escuela Provincial de Educación Física de Villa Clara antes de tomar en el 2004 las riendas del recinto, integrado a la polivalente Ramón Fonst, frente a la terminal de ómnibus capitalina.

LAS FILTRACIONES Y EL ALMACÉN

Desde 1996 comenzaron las filtraciones en los techos de la sala principal (una parte de tejas traslúcidas casi todas rotas), sus pisos se han agrietado y surgieron problemas con la climatización que ponían en peligro la conservación de las muestras y el agradable ambiente imprescindible para recibir al público.

Virgen Castro, la restauradora, muestra el deterioro de la sala, que se inunda cuando llueve.

Ante esa situación, el lugar se cerró en 1998. Será preciso acometer una reparación capital de la carpintería, plomería, sistema eléctrico, pintura, cristalería, climatización, arreglar la cubierta y reforzar la seguridad del centro para preservar el patrimonio existente. El deterioro de las tejas traslúcidas facilitó en el 2004 el robo de 11 medallas ganadas por el esgrimista Ramón Fonst, explica la directora, quien trabaja junto al museólogo historiador Maikel Cardoso y la restauradora Virgen Castro, en una plantilla que cuenta con otras dos personas, de nueve plazas aprobadas.

El almacén no posee condiciones para la conservación de las piezas custodiadas allí durante una década. Es un local de pocos metros cuadrados, con un aire acondicionado insuficiente para mantener la atmósfera requerida que preserve materiales como tela, metal, papel y acrílico.

Foto: RAÚL LÓPEZEl trofeo y algunas caretas pertenecientes a los Mártires de Barbados, hacinados en el almacén.

Los trofeos han sufrido los efectos de la corrosión, refiere Virgen Castro. Asegura que la bata utilizada por el boxeador Kid Chocolate ya fue restaurada en una ocasión y no se sabe si sobrevivirá a otro proceso similar.

También permanecen almacenados el trofeo y otras pertenencias de los Mártires de Barbados, ganadores invictos en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima, en Venezuela 1976. Allí reposa, en un rincón, una réplica de la mesa en la que Capablanca superó al alemán Emanuel Lasker en el match mundial de 1921; equipos, y vestuarios empleados por Alberto Juantorena, Ana Fidelia Quirot, Teófilo Stevenson, que engrosan un inventario imposible de describir en su totalidad, pues el Museo poseía secciones de historia, documentos, armas, numismática, pintura y dibujo, y filatelia.

Aunque hoy no ofrece servicio, sus trabajadores han apoyado a diferentes eventos con exposiciones montadas en ocasión de los Juegos del ALBA 2005; en el Capablanca in Memoriam 2007; en la Villa Panamericana, y EXPOCUBA, entre otros lugares.

BUSCANDO LAS RESPUESTAS

Eduardo Delgado, vicedirector de deporte en Ciudad de La Habana, apuntó que en la polivalente Ramón Fonst deben reconstruirse la bolera y el Museo, pero no contaban con la asignación de divisa y moneda nacional requeridas para tan costoso proyecto. Así, el 2 de abril del 2004 se firmó un convenio entre esa dirección provincial y CUBADEPORTES, que cedió a esta última los derechos para acometer las obras y atender a su mantenimiento, dijo Delgado.

Para seguir el hilo de esta historia abordamos a Hugo Pérez de Corcho, director territorial de CUBADEPORTES, quien argumentó que en los planes de la Economía de los años 2005, 2006 y 2007 se aprobó un crédito de 1 230 000 Euros, pagadero en 18 meses, que aportará una firma alemana para la reanimación de 24 pistas en la bolera (dejó de funcionar en 1992), el Museo y las áreas de gastronomía. La ejecución de ese crédito se ha dilatado, pero pensamos retomarlo este año, aseveró Pérez, aunque no habló de que existiera una fecha para el inicio de la restauración.

La población y no pocos turistas conocedores de los triunfos del deporte cubano se interesan a diario por la instalación, mientras su directora confiesa sentir pena cada vez que ofrece la explicación de por qué se mantiene cerrada.

Si durante décadas nuestro país se ha mantenido entre los primeros lugares del movimiento olímpico; si queremos que las actuales y futuras generaciones de cubanos aprecien el esfuerzo que nos ha llevado hasta ese sitial de honor, entonces es primordial preservar y divulgar la historia de las hazañas contenidas en esas medallas, trofeos, diplomas y en otras valiosas piezas que lamentablemente hoy no brillan en el Museo Nacional del Deporte.

 

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