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— El embajador de Cuba en Angola, Pedro Ross, calificó hoy a marzo de
glorioso para cubanos y angolanos, toda vez que en la última decena de
ese mes ocurrieron hechos victoriosos para ambos pueblos.
En una entrevista exclusiva con Prensa Latina, Ross explicó que en
los éxitos de Cuito Cuanavale, de Sumbe y de la primera retirada de
Angola del ejército sudafricano brilló con luz propia la hermandad
angolano-cubana.
En Cuito Cuanavale, el 23 de marzo de 1988, el régimen del
apartheid sufrió una contundente derrota que lo obligó a aceptar la
resolución 435 de la ONU sobre la independencia de Namibia.
De esa manera, agregó Ross, se abrió el camino para la celebración
de elecciones libres y democráticas en ese país.
También ese golpe demoledor resultó el principio del fin del
sistema del apartheid en Sudáfrica, pues años después desapareció y
conquistó la Presidencia un titán de la lucha por la igualdad: Nelson
Mandela, dijo.
Ross precisó que en Sumbe, el 25 de marzo de 1984, se registró una
alta expresión de la resistencia cubana, al rechazar 214 cooperantes
civiles, entre ellos 43 mujeres, a un enemigo superior en armas,
preparación, medios y soldados de la Unión para la Independencia Total
de Angola (UNITA).
En esa ciudad, capital de la provincia de Kwanza Sur, la UNITA
intentaba secuestrar o quizás asesinar a los colaboradores de la
nación caribeña, pero con armas y municiones escasas los cubanos los
repelieron y obligaron a retirarse.
El jefe de la misión diplomática comparó aquel hecho heroico con el
que viven en la actualidad cinco luchadores que cumplen condenas de
hasta dos cadenas perpetuas en cárceles estadounidenses por luchar
contra el terrorismo.
Ellos han resistido a las presiones, a los maltratos, a la compra
de sus conciencias y han mantenido en alto las banderas de la dignidad
del pueblo cubano, tal como lo hicieron muchos de los que cayeron en
estas tierras para que Angola fuera libre, apuntó.
Por último, relató los momentos en que internacionalistas de la
isla antillana ayudaron a consolidar la independencia que el 11 de
noviembre de 1975 había proclamado el padre de la patria, Agostinho
Neto.
Durante varios meses los sudafricanos concentraron fuerzas y medios
militares con el objetivo de apoderarse de esta nación como ya lo
habían hecho con la vecina Namibia, y para tal fin consiguieron apoyo
de mercenarios y efectivos del entonces Zaire.
La presencia de los cubanos contribuyó a frustrar las pretensiones
del régimen del apartheid y junto con sus hermanos angolanos, recordó
Ross, eslabonaron una cadena de victorias que obligó a retirarse a los
invasores el 27 de marzo de 1976.