En abril del 2000, los reunidos en el Foro Mundial sobre Educación
en Dakar se comprometieron a eliminar, antes del 2015, el
analfabetismo infantil y lograr una enseñanza primaria gratuita y
obligatoria. A menos de siete años de la meta, más de 774 millones de
personas no saben leer o escribir y 72 millones de niños no asisten a
la escuela.
Sin embargo, a pesar de lo caótico de las cifras, no faltan
esfuerzos por estrechar el cerco a la ignorancia. Cuba, con la
experiencia de una campaña de alfabetización, ofrece al mundo un
método que ha logrado llevar la luz de la verdad a más de tres
millones de estudiantes. Se trata del Yo sí puedo, aprobado por
la UNESCO y traducido al inglés, portugués, quechua, aymara, tetún y
creole.
En países como Haití, Panamá, Paraguay, Guatemala, Honduras, Nueva
Zelanda, El Salvador, Nicaragua o Venezuela, 700 asesores cubanos
preparan a facilitadores del método en ciudades, selvas, o comunidades
recónditas.
Avales suficientes para la realización en junio próximo del
Congreso Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica para
personas jóvenes y adultas, que tendrá por sede el Palacio de
Convenciones de la capital.
En la cita se abordarán avances y resultados de la aplicación de
políticas, programas, métodos y estrategias de alfabetización y
posalfabetización. Será un buen momento para evaluar lo hecho y por
hacer, con vistas a cumplir los objetivos de Dakar, consideró el
titular de Educación cubano, Luis Ignacio Gómez, en conferencia de
prensa.
Temáticas como la continuidad de estudio de los recién
alfabetizados, la prevención del fracaso y abandono escolar, la
instrucción de comunidades indígenas, el respaldo a los idiomas
propios, y la alfabetización bilingüe y multilingüe, centrarán los
debates de los especialistas. Tales intercambios propiciarán pasos
firmes en el aprendizaje masivo de la lectura, la escritura y el
cálculo.