La empresa de Suministros y Transporte Agropecuarios de Pinar del
Río incrementó la elaboración de humus de lombriz, abono natural
considerado el mayor beneficiador de los suelos.
En el año recién finalizado obtuvo ocho mil toneladas del producto,
empleado principalmente en la Agricultura Urbana y el tabaco de la
variedad tapado, aportadora de las llamadas capas exportables,
indispensables para la confección de los habanos.
Su uso posibilitó la elevación de los rendimientos agrícolas,
mientras para el aumento de las producciones se abrieron centros más
cercanos a las fuentes de materias primas, con el consiguiente ahorro
de combustibles por concepto de transportación.
La rápida asimilación del humus por los cultivos y la óptima
actividad fitohormonal contribuyen a mejorar el estado vegetativo de
las plantas y a la obtención de elevados indicadores productivos y de
calidad.
Especialistas del CITMA en Pinar del Río aseguran que la utilidad
de la lombriz de tierra quedó demostrada hace cientos de años, cuando
los egipcios decidieron castigar severamente a quienes exportaban ese
singular animalito fuera del Valle del Nilo.
La medida fue adoptada al conocer que la enorme fertilidad del área
radicaba en la gran cantidad de lombrices que consumían los desechos
sólidos.
A pesar de que existen aproximadamente ocho mil 500 especies de
lombrices de tierra difundidas en todo el planeta, no todas pueden
utilizarse para transformar los residuos y específicamente las
comedoras de materia orgánica viven y se desarrollan en sitios de alta
concentración de excretas de animales y restos vegetales.
No obstante, las más estudiadas por la ciencia, debido a su
eficiencia y productividad son la roja californiana y la africana,
ambas pueden tener una longevidad de hasta 16 años y se adaptan a
vivir perfectamente en altas densidades.
El abono que producen tiene la misma apariencia y olor de la
tierra, por esa razón los científicos plantean que estos seres vivos
son los intestinos del suelo y un fiel aliado del hombre para la
conservación del terreno.
En Pinar del Río se introdujo la fabricación de humus a finales de
la década del 80 y alcanzó su máximo desarrollo en 1992, fecha a
partir de la cual comenzó a contraerse su producción como consecuencia
del llamado Período Especial, para en los últimos anos emprender su
recuperación.
El humus tiene gran demanda en este territorio y otras provincias
del país, en tanto se realizan pruebas de mercado en Centroamérica,
con altas probabilidades para la exportación.