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Al menos en 935 ocasiones el gobierno del presidente George W. Bush
esgrimió falsas acusaciones como pretexto para agredir y ocupar Iraq,
asegura una nueva investigación citada hoy por la cadena de televisión
CBS News.
El Centro para la Integridad Pública estudió cientos de discursos,
declaraciones oficiales y entrevistas emitidas por el mandatario y
miembros de alto rango de su administración, durante los dos años
siguientes a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La pesquisa señala que las informaciones diseminadas a través de
esas intervenciones tuvieron como denominador común la supuesta
existencia de armas de destrucción masiva en la nación árabe y los
vínculos de sus dirigentes con la red extremista Al-Qaeda.
Todo fue parte de una campaña orquestada que al final logró
hipnotizar a la opinión pública estadounidense y arrastró al país a la
guerra, concluye el informe de la entidad no gubernamental.
En la indagación aparecen junto al de Bush, los nombres del
vicepresidente, Richard Cheeney, la secretaria de Estado, Condoleezza
Rice, y el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Esas personas—asegura la organización— lideraron la cruzada que se
caracterizó por la metódica difusión de datos inexistentes sobre Iraq
hasta iniciar la agresión el 19 de marzo de 2003.
Según la investigación, el actual ocupante de la Casa Blanca fue el
más agresivo con un total de 269 imputaciones erróneas, seguido por el
ex secretario de Estado, Colin Powell, con 244.