Es que eso es exactamente lo que se requiere para prevenir el fin
de la sociedad humana tal como la conocemos, según el nuevo libro
Plan B 3.0: Mobilizing to Save Civilization, ("Plan B 3.0:
Movilizarse para Salvar la Civilización").
La crisis es extremadamente seria y urgente y requiere un esfuerzo
de movilización de las naciones similar al realizado durante la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), argumenta el autor, Lester Brown,
presidente del centro de estudios Instituto para Políticas de la
Tierra, con sede en Washington.
El cambio climático ocurre mucho más rápido de lo previsto por los
científicos y el planeta sufrirá inevitablemente un incremento de la
temperatura de por lo menos dos grados, dijo Brown a IPS, lo cual "nos
colocará decididamente en la zona de peligro".
"Ninguno de los precandidatos presidenciales para las elecciones en
Estados Unidos", que se realizarán el primer martes de noviembre,
"plantea la urgencia del problema del cambio climático", agregó.
En su opinión, las emisiones de gases de efecto invernadero,
parcialmente responsables del recalentamiento global, deben reducirse
en un 80% para el 2020.
Se trata de una meta mucho más ambiciosa que la planteada por el
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas
en inglés), que recibió en el 2007 el premio Nobel de la Paz junto con
el ex vicepresidente estadounidense Albert Gore (1993-2001), quien
recomendó un recorte de entre un 25% y 40% respecto a los niveles de
emisión de 1990.
Brown estima que los datos utilizados por el IPCC están
desactualizados, ya que serían de hace dos años. Estudios más
recientes indican que el cambio climático se está acelerando, dijo.
Aunque confía en que el IPCC modificará esa recomendación en su
próximo informe, señaló que recién se difundirá en cinco o seis años.
"Demasiado tarde, tenemos que actuar ya", aseguró.
El Plan B 3.0 de Brown recomienda medidas para llegar a un 80% de
reducción en las emisiones, que se basan fuertemente en el uso
eficiente de la energía, las fuentes renovables y la expansión del
"escudo" de árboles del planeta.
La energía eólica puede cubrir un 40% de la demanda mundial con la
instalación de 1,5 millones de nuevas turbinas de viento de dos
megavatios. Aunque el número parece elevado, señaló Brown, se producen
cada año 65 millones de automóviles en Estados Unidos.
Además, hay muchas líneas de montaje de vehículos inactivas en
América del Norte y otras regiones, que podrían reconvertirse para
producir turbinas de viento, agregó.
Estima que un alumbrado más eficiente puede reducir el uso mundial
de electricidad en un 12%, que permitiría cerrar 705 de las existentes
2 370 plantas generadoras alimentadas con carbón.
En Estados Unidos, los edificios comerciales y residenciales son
responsables por el 40% de las emisiones de carbono. El siguiente paso
debe apuntar a generar electricidad de forma no contaminante para la
calefacción, refrigerar y alumbrar las viviendas, afirmó.
Brown cuestiona duramente el empleo de biocombustibles que se
producen empleando granos como el maíz y la soja, ya que empujan al
alza los precios de estos alimentos y pueden provocar una escasez de
comida desastrosa para los pobres del mundo.
El crecimiento demográfico ejerce una enorme presión sobre los
países en desarrollo. La adición anual de 70 millones de personas a la
población mundial, señaló, se concentra en naciones donde las reservas
de agua se están agotando y los pozos se secan, las área boscosas se
reducen, los suelos se degradan y los campos de pastura se vuelven
desiertos.
El aumento en el precio del petróleo debe añadirse a la lista de
problemas. Los países ricos tendrán todo el que necesiten, mientras
que los pobres deberán reducir su consumo.
Asimismo, propone un impuesto mundial a los combustibles fósiles
para desalentar su consumo y estimular el uso de fuentes renovables de
energía.
"La velocidad es esencial. Podemos cambiar nuestro estilo de vida,
pero si no reestructuramos rápidamente la economía vamos a fracasar.
El tiempo es nuestro recurso más escaso", concluyó. (IPS)