María Luisa García

La palabra reticencia proviene del latín reticere ("callar alguna cosa"), está formada por el verbo latino tacere, "callarse, permanecer en silencio" precedido del prefijo re- y significa "retraerse hacia dentro". De tacere se derivan también palabras como tácito "callado, silencioso; que no se entiende, percibe, oye o dice formalmente, sino que se supone e infiere" y taciturno "callado, silencioso, que le molesta hablar" y también "triste, melancólico o apesadumbrado". La reticencia es una figura retórica que consiste en "dejar incompleta una frase, dando a entender, sin embargo, el sentido de lo que no se dice y, a veces más aún".

 

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