Los militares pertenecían a la 101 División Aerotransportada, y el hecho ocurrió el pasado 8 de enero cuando la compañía descubrió varios escondites de explosivos de la insurgencia, precisaron fuentes del Pentágono.

Luego de una semana de investigaciones y comparación de testimonios, peritos militares concluyeron que existen grandes probabilidades de que los soldados cayeran por metralla de sus propios compañeros.

Después de hallar los alijos de detonantes caseros y municiones al norte de Bagdad, la escuadra norteamericana inició un intercambio de disparos con insurgentes iraquíes.

En un momento de la lucha, se descubrieron los cadáveres del soldado de primera Ivan Merlo, de 19 años, del soldado Phillip Cesta, de 20, y del sargento David Hart, de 22 años.