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La invasión de Afganistán nunca fue un proyecto ni una guerra de
Canadá, opina hoy el diario Toronto Star, al responder comentarios
controvertidos del jefe del Pentágono estadounidense, Robert Gates.
El Secretario de Defensa indicó esta semana que las tropas
canadienses y europeas destacadas en el país centro-asiático no están
bien equipadas y, por ende, no han desempeñado un trabajo precisamente
excepcional.
Una columna del periódico nacional tilda de impolíticas las
aseveraciones de Gates y recordó que los soldados canadienses nunca
tuvieron como misión principal protagonizar una campaña anti-insurgente
en el territorio musulmán.
Ottawa firmó en 2001 un protocolo de Estabilización Internacional y
Fuerza de Ayuda a la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), que incluyó el envío de dos mil 500 militares hacia Kabul,
indica el Star.
Empero, precisa, se trataba simplemente de una encomienda para
cooperar con el nuevo gobierno afgano en la estabilidad civil de
algunas zonas rurales y el desarrollo económico de esas áreas.
Combatir a la guerrilla del Taliban fue una labor que Washington
insistió en reservar para su ejército por medio del plan Operation
Enduring Freedom, recalca el rotativo.
Lamentamos que la Casa Blanca haya cambiado ahora su enfoque bélico
y que autoridades en la vecina nación consideren a las tropas europeas
pusilánimes y a las canadienses invisibles, acentúa el diario
canadiense.
De cualquier manera concluye-, los comentarios de Gates suenan
crudos y descorteses. Principalmente porque más de 300 soldados de
este país han muerto o fueron heridos en Afganistán desde 2001.