Guerra a los bajos voltajes

Eliminado en Villa Clara el 72% de las zonas que padecían de esa inestabilidad, algo que se considera uno de los principales resultados de la Revolución Energética en la provincia. Este trabajo ha beneficiado a más de 60 000 clientes

Texto y fotos:Freddy Pérez Cabrera

Ya los pobladores del barrio de la Subplanta, la Cooperativa de Producción Agropecuaria Frank País, y otros repartos de Villa Clara, no tendrán que desconectar el refrigerador a las cinco de la tarde para evitar que se les queme.

Gracias al trabajo de estos hombres se pueden utilizar sin riesgo alguno los equipos entregados por la Revolución Energética y que antes, por el bajo voltaje, no podían funcionar.

Ahora pueden utilizar, sin riesgo alguno, los equipos entregados como parte de la Revolución Energética que antes no funcionaban. Y como ellos, miles de familias a lo largo de la provincia reciben los beneficios derivados de la eliminación de las zonas de bajo voltaje.

Junto a Holguín y Ciudad de La Habana, esta provincia era una de las que presentaban una situación más desfavorable en el país.

En el 2008 está prevista la eliminación de las zonas de bajo voltaje en la provincia, no así la rehabilitación de las redes que requerirá de un tiempo mayor debido a la complejidad de la tarea, según expresó Israel Ramos, director técnico de la Empresa Eléctrica de Villa Clara.

Israel Ramos Sáez, director técnico de la Empresa Eléctrica del territorio, reconoce que el índice de interrupciones era alto debido, entre otras razones, al deterioro de las redes, a lo cual se agregaban las difíciles condiciones de trabajo para atender tantas quejas dada la crítica situación del transporte y la carencia de materiales imprescindibles para acometer la labor.

La misión de transformar esta realidad recibió desde el inicio la máxima prioridad, según refiere Ramos Sáez, por el impacto negativo que tenían en la población las constantes interrupciones.

El índice de interrupciones era alto debido, entre otras razones, al deterioro de las redes, a lo cual se agregaban las difíciles condiciones de trabajo para atender tantas quejas dada la crítica situación del transporte y la carencia de materiales para acometer esa labor.

Datos aportados por la Asamblea Provincial del Poder Popular reflejan que entre los principales planteamientos en las reuniones de rendición de cuenta en los últimos años, figuran las consecuencias negativas del bajo voltaje.

Ya en el 2005, cuando el país decide emprender la solución del problema, se realizaron más de 2 000 labores, como el canje de cables por otros de mejor calibre en líneas primarias y secundarias, divisiones de circuitos y cambios de acometidas. También fueron sustituidos más de 1 000 postes en mal estado por parte de las 20 brigadas y 54 grupos de trabajo creados para esa misión.

Un año después, con la llegada de la nueva técnica —que incluía 31 camionetas, cinco carros cesto preparados para trabajar en caliente, una grúa multipropósito, escaleras, taladros y motosierras, entre otros equipos de procedencia china—, la faena recibió un significativo impulso.

Al terminar el 2006 se habían sustituido más de 220 000 breacker, una cifra superior a los 25 000 metrocontadores y más de 500 kilómetros de cables, además, la cantidad de postes sustituidos se triplicó.

Cuando termine el actual año, la mayoría de estos números serán superiores en correspondencia con el esfuerzo desplegado por el país y los trabajadores eléctricos.

Con su labor se han beneficiado más de 60 000 clientes que ya no tendrán que interrumpir el empleo de los equipos que la Revolución les entregó para elevar la calidad de vida del pueblo.

HOMBRES BAJO EL SOL

A los hombres de la brigada del Centro de Operaciones de Santa Clara se les conoce por la coloración de la piel. Más bien parecen pescadores que trabajadores eléctricos.

Artemio Fuentes Guerra es el jefe de la agrupación, y señala que las jornadas son duras, pues se extienden por 10 o más horas sin importar las inclemencias del tiempo. "Si mira para mis hombres verá las huellas del sol en sus rostros. Ahora el tiempo refresca algo; sin embargo, todos estamos empapados de sudor, así que podrá imaginarse cómo es la cosa en julio y agosto".

Mientras dialoga con el reportero, Artemio no pierde de vista a Eduardo García y Yurisander González, quienes se expresan en una riesgosa misión en las alturas para cambiar un cable primario.

En más de siete años, los trabajadores de la Empresa Eléctrica de Villa Clara no han tenido que lamentar un solo accidente fatal gracias al celo que ponen todos, responsables y trabajadores, en preservar la vida.

Tras descender del poste, el joven Yurisander considera que la tarea, aunque no es fácil, también tiene recompensas. "En estos días se me acercó un niño del reparto Camilo Cienfuegos para decirme que ya podía ver los muñequitos por las tardes gracias a los cambios realizados por nosotros en el barrio".

Aquel gesto lo llenó de alegría. Al otro día refirió la anécdota a sus compañeros, y para sorpresa suya, casi todos tenían algo que contar, porque el pueblo, ese que se queja cuando falla el fluido eléctrico, también sabe reconocer las buenas acciones.

 

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