La incorporación de la juventud a la batalla económica que libra
Cuba es hoy un debate obligado. La población cubana envejece, y por
consiguiente, la fuerza de trabajo que impulsa los sectores
productivos de la nación.
Varias provincias cubanas trataron de forma medular el asunto en
las asambleas de balance que la Unión de Jóvenes Comunistas
desarrolla en el país como parte del proceso de fortalecimiento de
su organización a partir de los planteamientos del General de
Ejército Raúl Castro, el 26 de Julio de este año en Camagüey.
El problema radica en que la fuerza laboral de reemplazo no se
suma al trabajo en la cuantía suficiente en las principales ramas de
la economía del país.
Para que se tenga una idea de la situación, en Camagüey, por
citar un ejemplo, el universo juvenil que creció este año con cerca
de seis mil jóvenes, solo incorporó mil 223 a las entidades
económicas del territorio.
¿Cuáles son las causas del decrecimiento de la tasa de ocupación
juvenil en la esfera productiva? ¿Qué garantías tienen una vez
culminados sus estudios técnicos-profesionales? Varias razones se
dan y una de las cardinales está en la no correspondencia entre la
formación de técnicos y su ubicación laboral, ya sea por falta de
plazas o porque estas no se relacionan con las especialidades de los
graduados.
Si se hace un análisis en cifras, la cuestión también radica en
que no existe la mejor coordinación entre los ministerios de Trabajo
y Seguridad Social (MTSS) y de Educación (MINED), que deben prever
el egreso del personal especializado según la necesidad de plazas a
partir de los requerimientos de los programas de desarrollo de la
nación.
A todas luces se está manifestando falta de interés de los
jóvenes para laborar en entidades del sector productivo, ya bien sea
por el esfuerzo que exigen o por las difíciles condiciones de
trabajo que tienen algunos lugares.
Se impone entonces hacer más atractivos estos espacios y darles
una mayor atención a los trabajadores y en particular a los jóvenes
para que opten por estas plazas.
Identificar qué profesionales necesita el país, motivar a los
jóvenes desde sus prácticas como estudiantes y lograr que integrados
a la vida laboral participen en el debate de los planes de
producción de sus empresas, son caminos para la transformación y la
concreción de acciones hacia objetivos económicos fundamentales,
donde se cuente con los nuevos trabajadores