A tres mil 889 ascendió la cifra de
soldados estadounidenses muertos en Iraq en casi cinco años de guerra,
al sufrir dos bajas más al sur de esta capital.
Según la jefatura norteamericana, las pérdidas ocurrieron en dos
incidentes la víspera: uno de los militares fue baleado a muerte y el
otro pereció al no superar las heridas causadas por la explosión de
una bomba.
También este viernes continuaron los comentarios de prensa sobre el
posible traspaso de la custodia de la sureña región de Basora de las
tropas británicas a las nacionales, con lo cual se trasladará también
la vigilancia de las instalaciones petroleras.
"Las fuerzas iraquíes controlan la ciudad desde hace tiempo",
afirmó a periodistas el general Mohan al Fraiji, jefe de operaciones
del ejército en esta provincia de dos millones 600 mil habitantes,
fronteriza con Irán y Kuwait.
Hace tres meses, los soldados del Reino Unido abandonaron la urbe y
se concentraron en una base en el aeropuerto.
A partir del traspaso se disputará quién protegerá la riqueza
petrolera de Basora, un elemento crucial para el futuro de Iraq, que
se beneficiará con el control de la Southern Oil Company.
No se descarta que ocurran fricciones entre los tres grupos
principales de la comunidad musulmana chiíta allí para imponer cada
uno su influencia en relación con el hidrocarburo y sus intereses
respecto al poder.
En el sur de este país árabe se concentra más del 70 por ciento de
su reserva petrolera y por Basora se realiza el 80 por ciento de sus
exportaciones del crudo, recuerdan los medios.
Cuando se traslade el control de la región de Basora concluirá el
proceso, ya cumplido por otras tres provincias sureñas, donde operaron
las tropas de Londres tras la invasión estadounidense del 2003.