.— La disciplina fiscal que busca
implantar el presidente George W. Bush en Estados Unidos es un plan
hipócrita y contradictorio, subraya hoy un editorial del The New York
Times.
El gobernante republicano vetó recientemente varias facturas de
gastos sociales relacionadas con los departamentos de trabajo,
educación, salud y servicios comunitarios, recuerda el diario.
Fue una acción imprudente e irresponsable de la Casa Blanca, agrega
la fuente, que retiró casi 205 mil millones de dólares destinados a
apuntalar programas civiles de ayuda a familias pobres.
Los argumentos usados por Bush para respaldar su razonamiento
fueron ficticios porque, ajustado a la inflación actual, el
presupuesto propuesto por el Congreso era irrelevante en el cuantioso
gasto federal, destaca el rotativo.
Es claro -añade- que la tendencia de Bush de neutralizar facturas
de gasto social no tiene nada que ver con la disciplina fiscal. Es un
intento de contentar a la base republicana y distraer la atención
pública fuera de sus fracasos administrativos.
Cuando el Congreso regrese del descanso invernal, los líderes
demócratas deben hacer otro esfuerzo por adelantar las partidas
monetarias congeladas en ambas cámaras y alcanzar un compromiso con
sus colegas republicanos, recalca el Times.
En realidad la Casa Blanca es la culpable de un gran gasto fiscal
sobre todo debido a las interminables guerras del Pentágono en Iraq y
Afganistán y a los excesivos recortes de impuestos a los ricos de este
país, concluye el periódico.