Santiago de Cuba.— La XXVII edición del Festival Internacional de
Coros concluyó ayer con una velada dedicada al Guerrillero Heroico
Ernesto Che Guevara.
Ejemplar demostración de hacia dónde va lo mejor del canto
colectivo contemporáneo y su impronta en la cultura universal,
devino el homenaje en la Sala de Conciertos Dolores, donde unieron
sus voces al compás de la Orquesta Sinfónica de Oriente, los
principales exponentes de esta manifestación en Cuba y otras
regiones.
Al espectáculo del cierre asistió una representación de las
mejores agrupaciones vocales de la isla, desde la derivación del
Coro Nacional Entrevoces hasta Exaudi, el Orfeón Santiago,
Polifónico de La Habana, Música Aurea y el de la Escuela Vocacional
de Arte.
Durante varios días la ciudad de Santiago de Cuba disfrutó de la
maestría exhibida por más de una decena de grupos nacionales y de
Finlandia, Canadá, República Dominicana y México.
Las profesoras Digna Guerra y María Felicia Pérez, con un sitio
consagrado entre quienes promueven la interpretación vocal en país,
junto a otras noveles directoras formadas a la usanza del maestro
Electo Silva merecieron la ovación del público.
El festival llegó hasta los centros laborales y educacionales de
la Ciudad Héroe, en una clara demostración de la buena salud del
canto coral, cuya principal expresión de continuidad se refleja en
el fuerte movimiento juvenil e infantil que promueven varias
provincias cubanas.
Para cerrar sus actuaciones los cantores salieron a las calles y
se fundieron junto al pueblo en las tradicionales rondas corales,
una suerte de función colectiva que ratifica a Santiago de Cuba
entre las principales plazas de esta manifestación artística a
escala global.