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Divergencias sustanciales surgieron en las consultas
ruso-estadounidenses para redactar la parte fundamental de un nuevo
acuerdo sobre limitación de armas estratégicas, afirmó hoy aquí una
fuente del ministerio de Asuntos Exteriores.
Lamentablemente las diferencias son muy serias, atinentes a la
esencia del futuro convenio que sustituiría el Tratado de Reducción y
Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (START por sus siglas en
inglés), aseguró Anatoli Antonov.
Director del Departamento para Cuestiones de Seguridad y Desarme en
la cancillería, Antonov informó que todavía la parte norteamericana no
acepta que el nuevo documento debe tener valor jurídico vinculante.
Queremos llegar a acuerdos para lograr que sean predecibles las
reducciones de este tipo de armamentos y elaborar un documento que
demuestre al mundo la aspiración de hacer realidad el desarme nuclear,
subrayó el diplomático citado por RIA Novosti.
Dijo que su país desea dejar plasmada la obligatoriedad de cumplir
los compromisos sobre no proliferación.
Trabajaremos hasta el último minuto para hallar una solución que
responda a los intereses de los dos países, expresó enfático Antonov,
interrogado acerca de las perspectivas de las pláticas, que tienen
lugar en Roma.
Por su parte, el director del Instituto de Estados Unidos y Canadá
de la Academia de Ciencias de Rusia, Serguei Rogov, pronosticó una
seria crisis en las relaciones ruso-estadounidenses en los próximos
años.
Una nueva guerra fría sería posible, acentuó, desde la concepción
de un modelo de relaciones bilaterales en las que predominen las
tendencias de confrontación.