En medio de fuertes presiones para ordenar
el retorno de las tropas estadounidenses de Iraq, el presidente George
W. Bush anunciará este jueves un moderado plan de retirada para el
próximo año.
En un mensaje televisado a la nación, el gobernante proclamará el
regreso a casa de 30 mil soldados en julio de 2008, apenas tres meses
antes de las elecciones generales en Estados Unidos.
El plan será anunciado dos días después de que el jefe de las
tropas en Iraq, general David Petraeus, y el embajador Ryan Crocker,
testificaran ante el Congreso sobre la situación en el país ocupado.
Al comparecer ante el Legislativo, Petraeus adelantó el eventual
inicio de la retirada. No obstante el cronograma, unos 130 mil
efectivos continuarán en suelo iraquí.
"Vamos a poder reducir nuestras fuerzas hasta el nivel que existía
antes del refuerzo" de aquí al próximo verano, manifestó el oficial.
En su opinión, el refuerzo de 30 mil soldados cumplió el objetivo
del Pentágono.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, anunció
la víspera que la bancada opositora prepara un folio de respuestas al
informe de Petraeus.
Según Reid, tal encomienda es la continuación de la política
fallida de la rama ejecutiva en relación con la contienda bélica en la
nación árabe, donde han muerto desde marzo de 2003 cerca de cuatro mil
soldados del Pentágono.
El legislador aseguró que sus correligionarios se mostraron en
general escépticos acerca de los supuestos progresos descritos por el
alto oficial y el embajador Crocker.
Reid adelantó que a partir de la próxima semana promoverá en la
Cámara alta un debate para reevaluar el presupuesto de defensa de
2008, y un plan para limitar el número de tropas destacadas en el país
del Golfo Pérsico