Iraq mantiene hoy enfrentados al
presidente George W. Bush y al Congreso de Estados Unidos, donde
incluso muchos legisladores republicanos buscan distanciarse de las
políticas de la Casa Blanca hacia ese país árabe.
Las tensas relaciones entre ambas partes quedaron en evidencia
durante los dos días de audiencia ante el Capitolio del general David
Petraeus, jefe militar del Pentágono en Iraq, y el embajador
norteamericano allí, Ryan Crocker.
Durante la comparecencia ante el Senado, los liberales cargaron
contra la Casa Blanca.
Los estadounidenses no pueden soportar una guerra sin fin en esa
nación, por lo que es necesario "traer las tropas a casa", subrayó el
presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta,
Joseph Biden.
Por su parte, el también legislador y precandidato a la Casa Blanca
Barack Obama consideró un fracaso la invasión a ese país del Golfo
Pérsico.
Esta guerra fue un grave error en la política exterior. Ahora sólo
se puede elegir entre opciones malas o peores, manifestó.
Mientras, su colega Chris Dodd mostró un gráfico donde se observó
el aumento de la violencia en Iraq y propuso una enmienda para retirar
a las tropas estadounidenses desplegadas allí.
También en las filas republicanas se escucharon críticas durante la
audiencia de Petraeus y Crocker, un signo -que según expertos-
demuestra una creciente distancia entre la Casa Blanca y los
congresistas conservadores.
Necesitamos ver que existe una estrategia, no que el gobierno nos
pida paciencia hasta el siguiente informe, manifestó el senador
Richard Lugar.
A su vez, el también congresista conservador Jim DeMint apoyó la
evacuación de los soldados estadounidenses o en su defecto alguna
reducción de la cifra de uniformados.
¿Vamos a continuar invirtiendo sangre y haciéndolo al mismo ritmo
que lo hemos hecho hasta ahora? ¿Para qué?, expresó Chuck Hagel.