Joe
Zawinul se instaló para siempre en la cultura musical cubana de la
mano de Chucho Valdés. Una de sus más recientes creaciones,
Zawinul mambo, recrea frases del tecladista austriaco para
sumirlas en el hervor de ese ajiaco deslumbrante con el que Chucho
ha aportado un sabor único e irrepetible a la historia del jazz.
Hace apenas unas horas, la pieza se vio enriquecida en la jornada
inaugural del Varadero Jam Session por las improvisaciones del
guitarrista Elmer Ferrer, los repiques de Yaroldi Abreu en las
congas, el ingenio de El Peje Rojas en las baquetas, la pulsación
del contrabajo de El Fino Rivero y el tremendo swing de las
muchachas de Sexto Sentido.
Nadie entonces podía saber que los días de Zawinul estaban
contados. Este martes, a los 75 años de edad, falleció en Viena de
un cáncer que le había sido diagnosticado apenas cuatro semanas
atrás.
Con él se apagó un jazzista esencial, en buena medida progenitor
de algo tan llevado y traído en los últimos tiempos como el
jazz-rock o jazz-fusión. ¿La mejor prueba? Sus días con el
legendario grupo Weather Report, donde hizo equipo con el
contrabajista Jaco Pastorius y el saxofonista Wayne Shorter. Zawinul
llegó a ellos al filo de los setenta con el aval de haber grabado
con Miles Davis In a silent way.
Zawinul entró en la vida de Chucho Valdés mucho antes y de manera
decisiva. "Yo había dedicado buena parte de mí a Irakere —confiesa—
cuando en un festival en Martinica Zawinul me dijo: Oye, chico,
tienes que tocar el piano, nos estás debiendo eso. Fue un estímulo
para la carrera que he emprendido desde mediados de los noventa
hasta hoy".
En los primeros días de junio pasado, en las playas de Tenerife,
Chucho y Zawinul compartieron cartel en un festival de jazz por
última vez.