La provincia cubana de Camagüey obtuvo, de enero a mayo, su más
baja tasa histórica de mortalidad infantil para los cinco primeros
meses, con 3,8 fallecidos menores de un año por cada mil nacidos
vivos.
Los municipios de Carlos Manuel de Céspedes, Sierra de Cubitas,
Najasa, Jimaguayú y Minas, con elevada población rural, no tuvieron
ningún deceso de infantes.
Un índice de 0,9 logró la jurisdicción municipal de Camagüey, cuya
cabecera es la tercera ciudad con más habitantes en el país.
Las malformaciones congénitas encabezaron los motivos de las
muertes, ninguna provocada por bajo peso al nacer, pese a los cuatro
casos de ese tipo en la etapa.
Esos cuatro bebés, todos inicialmente por debajo de los mil gramos,
fueron salvados, no obstante su elevado riesgo de perecer.
Dictámenes médicos avalan que la principal causa de la
insuficiencia corporal de los pequeños no lo ocasionó el estado
nutricional de sus respectivas madres.
El fortalecimiento del trabajo de Salud Pública, en especial en el
nivel primario, fue decisivo en los resultados de los cinco meses.
Camagüey aspira a alcanzar, en el actual año, una tasa inferior a
cuatro por mil, frente a la de 4,3 del 2006, la segunda más baja
registrada en ese período entre las 14 provincias y la Isla de la
Juventud